sábado, 10 de agosto de 2013

Some product



“Escribir novelas de manera profesional implica numerosas servidumbres, y la principal es que el autor tiene que vivir de su trabajo, de una actividad que en la mayoría de los casos reporta escasos beneficios. Los tiempos actuales no son los de hace un siglo, cuando un escritor ponía los principios por encima de cualquier vicisitud. Hoy los autores, como las personas corrientes, aspiran a vivir y disfrutar de lo mucho que ofrece el mundo, así que el escritor profesional (...) acepta cuanto le ofrezcan, sin hacerle ascos (...) El mayor problema es que los autores que deciden tirar por la calle de en medio, dedicarse a la literatura profesionalmente, apenas se atreverán a correr algún riesgo, literariamente hablando. Se acomodan en los protocolos impuestos, desde la manera de vestir (mucho cuello de cisne) hasta decir lo apropiado (...) De ahí que se acomoden a desempeñar cualquier papel, incluso si roza la impropiedad (...) El autor literario es, pues, un producto (...) La novela se convierte así en un producto”.

Germán Gullón.         
Los mercaderes en el templo de la literatura.
Caballo de Troya, Madrid, 2004, pp. 65-71.

2 comentarios:

  1. visto de esta forma casi va a ser una suerte que nunca vayan a publicarme.

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  2. Saludos, hacía tiempo que no te leía. Gracias por comentar y, sí, visto así, lo realmente bueno y literario es el no publicar...

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