viernes, 25 de febrero de 2011

En mi pc nuevo


En mi pc nuevo alcanzo a escribir nuevas palabras para definiciones viejas. En mi pc nuevo puedo registrar como tu presencia es un virus ante el que no parezco tener defensas. Soy una aplicación de Word presta a caducar, una instalación pirata de la vida, un programa venido a menos, que una y otra vez se cierra en el error y que fracasa en el reinicio. Porque mi procesador no tiene un corazón, un núcleo, ni un disipador que a mil revoluciones, avente la mierda y evite de la calentura, de la cocedura del fracaso que representa cometer una y otra vez los mismos errores y no recuperarse, nunca, del error grave, tan grave, del sistema.

No, no existe un gran, enorme botón: de reinicio del sistema.

martes, 22 de febrero de 2011

Viena


Hay diferentes Vienas, muy distintas en función de los tristes personajes que arrostraron sus calles: la Viena de Mozart, la de Bernhard. la de Freud, la de Francisco José... hundido en la Cripta de los Capuchinos, en la marea movediza de la Viena de Joseph Roth, frente al féretro del archiduque: me pregunto dónde está mi Viena; nuestra Viena. Asfixiada bajo una tonelada de pasteles, de porciones Sacher y apfelstrudel, aplastada bajo una escombrera de dolores.

Pináculos


Me he asomado a todos y cada uno de tus pináculos. Desde ellos, desde tu catedral, desde tus vidrieras, he tomado constancia de lo fácil que sería empotrarse contra tu enlosado, hacerme papilla sobre tus escaques, añadido un nuevo color a blancos y negros bajo el crucero mayor. En la cripta de lo prohibido se amontona el osario congelado en las horas de tinieblas de mi ira caliente. Sí, me he asomado en lo alto de todos tus pináculos para ser, así, consciente, de lo enorme que eres, de lo pequeño que soy: de lo mezquino de nuestros pensamientos/de lo mezquino de nuestros sentimientos separados, alargados, agrandados, por el estúpido e insensible hilo telefónico.