*Esta reseña se publicó, originalmente, en el sitio minuevaedad.com:
https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/4/19/el-disco-del-mes-new-dawn-de-izzy-cooper/
Interprete: Izzy Cooper
Título:
New Dawn
Discográfica:
Virgin Records
Género:
Ópera, Crossover clásico
Duración:
62m; 27 seg.
Número
canciones: 16 (Bonus Edition)
Fecha
de publicación: 9 de septiembre de 2002
Izzy
Cooper, o si se prefiere, Isobel Cooper, es una soprano inglesa que ha
utilizado algunos de los resortes de la industria musical del rock y del pop
para aproximar la música clásica al gran público. En ese sentido, ha seguido la
estela que, en su día, marcó la última parte de la carrera de Luciano
Pavarotti. Una inercia que también ha convertido a cantantes de la llamada música culta en intérpretes de masas,
como Andrea Bocceli, Lara Fabian, Sarah Brightman o Charlotte Church, entre
otros. Esta forma popular de acercarse a la ópera se denomina crossover clásico, ya que los artistas
fusionan la técnica de la lírica con un enfoque de rockstars, dulcificando su repertorio para que sea apto para todos
los públicos.
Y New Dawn, tercer trabajo de Izzy, está
repleto de dulzura, y también rebosa talento. Los cuatro autores elegidos por
la cantante para comenzar el disco, los temas eternos de Handel, Mozart, Faure
y Puccini, son toda una declaración de intenciones de la soprano, que quiere
colocar a los grandes compositores en el salón de casa del oyente. Después, en
perfecto equilibrio, se desgrana un cuidado repertorio que bebe de las fuentes
de la canción tradicional y del folk
americano, inglés, francés, irlandés y galés.
Izzy
Cooper posee una voz extraordinaria, a la que suma el acierto de las canciones
elegidas para el disco. Desde el estremecedor principio, con la notabilísima
interpretación de Lascia Ch´io Pianga
de Handel, seguida de una delicada Sull´Aria
—de Las bodas de Fígaro
mozartianas—, la Pavana de Faure y un aria de Puccini —en este caso de su ópera Madama Butterfly—, hasta las
transiciones melódicas que consigue con piezas tomadas del folclore popular,
como la galesa Suo Gân o la inglesa Greensleeves, ejecutadas con una
delicadeza y una contención estremecedoras.
Mención
aparte merecen Le Temps Des Cerises —canción
francesa tradicional popularizada por Yves Montand—, The Water Is Wide —del folclore escocés—, y Steal Away, un góspel americano en donde Izzy parece sentirse
especialmente cómoda y alcanza las mayores cotas de un virtuosismo vocal
cristalino. Los arreglos musicales, mantenidos en un segundo plano, envuelven
la voz de la cantante, y los registros de Izzy dialogan con la orquesta en una
pacífica armonía que arropa al oyente.
Izzy
Cooper nos regala, de esta forma, una delicada joya del crossover operístico. Como la propia intérprete asegura en las notas
que acompañan al disco, esta música eleva el espíritu y toca el alma. Aunque
estas palabras puedan sonar algo gastadas, nunca fueron más ciertas en este New Dawn porque, tras su escucha,
sentiremos que acabamos de dar un paseo angelical por la lírica y que,
impregnados de ella, nunca la abandonaremos.
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