El malabarista consiguió hacer girar los platillos en sus palos para siempre. Era un espectáculo sensacional... ¡Lo nunca visto! Entonces, el malabarista perdió el don del riesgo y del error, cayó en desgracia, y sin trabajo, hizo equilibrios con una vida de fracaso proyectada por su éxito.
domingo, 20 de agosto de 2017
El don del error
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