*La crónica de este concierto apareció, originalmente, en la web achtungmag.com:
http://www.achtungmag.com/paul-carrack-madrid-voz-mejor-instrumento/
Paul Carrack en Madrid: su voz, el
mejor instrumento.
Paul
Carrack llenó el Teatro Nuevo Apolo de Madrid con un soft rock dulce y
contenido, donde su cálida y prodigiosa voz dio un repaso por su último disco,
Soul Shadows, sin olvidarse de algunos de los grandes temas que ha interpretado
con bandas ya legendarias, como Ace, Squeeze o Mike and the Mechanics. Carrack demostró que se encuentra en uno de
sus mejores momentos, brillante a la hora de ejecutar sus personalísimas
baladas, y repleto de ritmo y buen gusto en cada una de sus interpretaciones.
Con
puntualidad, y con una guitarra acústica de color rojizo, Paul Carrack apareció
sobre el escenario del teatro arropado por una banda de seis componentes. A
simple vista, llamaba la atención la sección de percusión, compuesta por dos
baterías, uno de ellos el hijo de Paul. A ambos lados del cantante se ubicaron
dos teclistas. Steve Beighton, además, destacó como un notable encargado del
saxo; el combo lo completaban el bajista Jeremy Meek y el guitarrista de free
jazz, Dean Brown.
Desde la primera canción, Too Good
to Be True, quedó claro que el grueso del setlist giraría alrededor del último
disco de Carrack, ese Soul Shadows de 2016, y que las interpretaciones se
moverían en una línea de contención, discreción y buen gusto, en donde la voz
el cantante sería la principal invitada de la noche. De inmediato, Carrack se
sentó al piano para atacar uno de sus grandes clásicos: Satisfy My Soul,. Es en
estos medio tiempos en donde consigue sacarle todo el partido a los tonos de su
prodigiosa garganta.
A
continuación, una batería de temas de su último disco: Late at Night, el fantástico
Sleep on Me, y Watching Over Me. Para entonces, era patente la deriva que ha experimentado
la música de Carrack, que se ha vestido con algunos elementos del country,
incluso del skiffle, y que por ello acompañó algunas de las canciones con
harmónica e, incluso, su hijo marcó el ritmo con una tabla de lavar. Eyes of
Blue fue la segunda gran canción de la noche. En la balada melódica Carrack es
el rey, y hace del escenario su castillo cuando desgrana su voz en estas
piezas.
Tras
el magnífico cover de Don´t Let the Sun Catch Your Crying —de Gerry and the
Pacemakers y popularizada por la cantante Louis Cordet—, llegó un set acústico
e intimista de tres canciones, donde el cantante se acompañó de una pequeña
percusión y de un contrabajo eléctrico, alcanzando uno de los mejores momentos de
la noche. Tempted, de Squeeze, uno de los grupos en donde militó Carrack, y una
larga interpretación de Bet Your Life que sirvió para incluir algunos solos de
guitarra, saxofón y bajo, dejaron paso a una canción escrita por Carrack junto
a Jim Capaldi, Love Will Keep Us Alive, para aquél esperado álbum de retorno de
los Eagles en 1994, Hell Freezees Over. Una balada en donde su voz alcanzó la
mayor cota de lirismo del concierto.
Ya
en la recta final, llegó el gran momento, la canción The Living Years, perteneciente
al grupo Mike and the Mechanics, donde Carrack ejerció de vocalista, y que
alcanzó el número uno en los Estados Unidos en 1989. Fue una interpretación
emocionante, impregnada de esa contención que bañó a todas las piezas del show,
pero desbordante de pasión.
Con
How Long, el tema de Ace, otra banda en donde militó Carrack, y Over My
Shoulder, otro exitazo de Mike and the Mechanics, el cantante instó al público
a que abandonara las butacas del teatro y se arrancaran a bailar. Una petición
que fue secundada de forma enfervorizada, y el ambiente que se generó fue tan
agradable que, visiblemente complacidos, los miembros de la banda regalaron
como segundo bis un What´s Going On, el temazo de Marvin Gaye, que entusiasmó
al público.
Se
echaron en falta algunos temas emblemáticos (con Mike and the Mechanics tiene
un buen puñado de ellos, no en vano desde el público le pidieron con
insistencia Another Cup of Cofee), o alguna canción de un álbum completamente
olvidado por Carrack como es Groove Approved, de 1989, y que se encuentra entre
lo mejor de su producción. Quizás esto obedezca a ese progresivo abandono del
soul que ha ido experimentando el artista, para centrarse en un soft rock
salpicado de elementos funk, con toques country y una poderosa sección de
metales que sirve para vestir de gala una de las mejores voces blancas del rock
actual que, con sus tonos de maderas y su temperatura caliente, alcanza en las
baladas su máxima expresión como instrumento musical.
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