Y llegó un día en el que el Artista del Hambre no pudo soportar
su hambre y mordisqueó un mendrugo. Cancelaba, así, años de ayuno. Desde el
estómago le retrepó una sensación de calor y derrota. Entonces, por varias
décadas más, solo fue un Artista del Llanto.
miércoles, 23 de agosto de 2017
Artista del Llanto
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