*Esta reseña apareció, originalmente, en el sitio minuevaedad.com:
https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/5/17/el-disco-del-mes-oxygene-de-jean-michel-jarre/
Interprete: Jean-Michel Jarre.
Título:
Oxygène.
Discográfica:
Dreyfus/Polydor.
Género:
Música Electrónica.
Duración:
39m; 38seg.
Número
canciones: 6.
Fecha
de publicación: Diciembre de 1976.
RÉQUIEM ELECTRÓNICO POR UN MUNDO
QUE SE AHOGA
El pasado 29 de abril, algunos
afortunados pudimos asistir a uno de esos acontecimientos únicos e históricos
que contaremos a nuestros nietos: con motivo de la celebración del Año Jubilar
Lebaniego, el músico francés Jean-Michel
Jarre ofreció un inolvidable espectáculo de luz y sonido en la explanada
del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, muy cerca de Potes, en Cantabria.
Jarre aprovechó para mezclar en su repertorio temas de sus últimos trabajos, junto
a los grandes clásicos que lo han llevado a ser calificado como el padre de la
música electrónica. Y entre ellos, no pudo faltar la interpretación de alguna
pieza de Oxygène.
Han transcurrido
cuarenta años desde la publicación de Oxygène,
y el disco está más fresco y más vivo que nunca. Sigue en vigor con la fuerza
de aquello que nació moderno y adelantado a su tiempo, y así se conserva. Como
si el músico lionés supiera de la vigencia de su trabajo, lo ha completado con
la edición, en 1997, de una segunda parte, y en el 2016, con una tercera
entrega.
Buena
culpa de lo que hace que Oxygène sea un
disco único, más allá de la notable contundencia de sus sintetizadores helados,
o de su mensaje ecologista que abarca desde una portada impactante —que utiliza
una pintura del artista Michael Granger en donde aparece el planeta tierra como
una calavera descarnada—, pasando por su título, toda una denuncia ecológica de
ese oxígeno que nos falta, de esa falta de oxígeno que está acabando con el
planeta, es la peculiar circunstancia de su composición, el producto de un
genio de los teclados.
Oxygène es un disco elaborado en un
estudio casero (concretamente con un grabador de 8 pistas instalado en la
cocina) por un músico que, a la edad de 28 años, ya tocó todos los instrumentos
de la obra y controló las mezclas y el proceso de producción. El resultado
fueron doce millones de copias vendidas, y algunas partes de la suite, como la
cuarta, se han incorporado al imaginario colectivo y han conformado las señas
de identidad de lo que podría denominarse como el sonido Jarre.
Oxygène revolucionó la música de
teclados, llevó a las composiciones electrónicas un paso más allá e influyó en
lo que posteriormente se denominaría música Synth.
Y, curiosamente, lo hizo en el comienzo de la desgarradora vorágine del punk.
Quizás, por eso, sea un réquiem apocalíptico por el planeta Tierra, en donde
los sintetizadores imitan a los vientos siberianos y el pespunte del órgano Farfisa emula a las burbujas de lava de
los volcanes: es un paseo por el frío y por el infierno, una banda sonora para
un mundo en descomposición que deja un páramo de hermosa belleza tras cada
escucha.
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