martes, 22 de agosto de 2017

Réquiem electrónico por un mundo que se ahoga



*Esta reseña apareció, originalmente, en el sitio minuevaedad.com:

https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/5/17/el-disco-del-mes-oxygene-de-jean-michel-jarre/


            Interprete: Jean-Michel Jarre.
            Título: Oxygène.
            Discográfica: Dreyfus/Polydor.
            Género: Música Electrónica.
            Duración: 39m; 38seg.
            Número canciones: 6.
            Fecha de publicación: Diciembre de 1976.

RÉQUIEM ELECTRÓNICO POR UN MUNDO QUE SE AHOGA
           
El pasado 29 de abril, algunos afortunados pudimos asistir a uno de esos acontecimientos únicos e históricos que contaremos a nuestros nietos: con motivo de la celebración del Año Jubilar Lebaniego, el músico francés Jean-Michel Jarre ofreció un inolvidable espectáculo de luz y sonido en la explanada del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, muy cerca de Potes, en Cantabria. Jarre aprovechó para mezclar en su repertorio temas de sus últimos trabajos, junto a los grandes clásicos que lo han llevado a ser calificado como el padre de la música electrónica. Y entre ellos, no pudo faltar la interpretación de alguna pieza de Oxygène.
            Han transcurrido cuarenta años desde la publicación de Oxygène, y el disco está más fresco y más vivo que nunca. Sigue en vigor con la fuerza de aquello que nació moderno y adelantado a su tiempo, y así se conserva. Como si el músico lionés supiera de la vigencia de su trabajo, lo ha completado con la edición, en 1997, de una segunda parte, y en el 2016, con una tercera entrega.
            Buena culpa de lo que hace que Oxygène sea un disco único, más allá de la notable contundencia de sus sintetizadores helados, o de su mensaje ecologista que abarca desde una portada impactante —que utiliza una pintura del artista Michael Granger en donde aparece el planeta tierra como una calavera descarnada—, pasando por su título, toda una denuncia ecológica de ese oxígeno que nos falta, de esa falta de oxígeno que está acabando con el planeta, es la peculiar circunstancia de su composición, el producto de un genio de los teclados.
            Oxygène es un disco elaborado en un estudio casero (concretamente con un grabador de 8 pistas instalado en la cocina) por un músico que, a la edad de 28 años, ya tocó todos los instrumentos de la obra y controló las mezclas y el proceso de producción. El resultado fueron doce millones de copias vendidas, y algunas partes de la suite, como la cuarta, se han incorporado al imaginario colectivo y han conformado las señas de identidad de lo que podría denominarse como el sonido Jarre.

            Oxygène revolucionó la música de teclados, llevó a las composiciones electrónicas un paso más allá e influyó en lo que posteriormente se denominaría música Synth. Y, curiosamente, lo hizo en el comienzo de la desgarradora vorágine del punk. Quizás, por eso, sea un réquiem apocalíptico por el planeta Tierra, en donde los sintetizadores imitan a los vientos siberianos y el pespunte del órgano Farfisa emula a las burbujas de lava de los volcanes: es un paseo por el frío y por el infierno, una banda sonora para un mundo en descomposición que deja un páramo de hermosa belleza tras cada escucha.

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