sábado, 14 de abril de 2012

Decálogo para el escritor de éxito

Si se desea ser escritor de éxito debe seguirse este Decálogo para ser escritor de éxito:

Punto Primero:

Sexo, mucho sexo: siempre sexo. El sexo entumece el cerebro, las extremidades y el ánimo: una situación ideal para generar textos entumecidos y desanimados, clave del éxito editorial.

Punto Segundo:

Beber, beber mucho: a ser posible Jack Daniel´s. Este whisky, por causa de su filtrado carbonoso deja un sabor especialmente aterciopelado en el paladar: al beberlo, se está en condiciones de escribir de forma carbonosa y aterciopelada, por tanto. Eso, sin contar con lo creativo de las borracheras y lo inquisitivo de las resacas.

Punto Tercero:

No se deberá atender, bajo ningún concepto, a los decálogos para ser un escritor de éxito. Y, ni mucho menos, a los decálogos literarios de Quiroga, Borges o Monterroso, ni a las peroratas literarias de Vargas Llosa o Cortázar: no harán sino confundir. Ser escritor de éxito jamás se consigue siguiendo y cumpliendo un decálogo.

Punto Cuarto:

Bajo ninguna circunstancia el escritor de éxito se unirá, ni se sentirá identificado con corrientes o tendencias untuosas, bocadillescas, untables, espesas como cremas de chocolate. Hará el ridículo, y el escritor de éxito ya hace el ridículo con sus escritos, es más que suficiente. De seguir estas tendencias de cremas de avellanas sólo conseguirá una cosa: dará pena.

Punto Quinto:

Sexo, mucho sexo: siempre sexo. El sexo aclara la mente y el ánimo, al menos lo suficiente como para ser capaces de destruir inteligentemente toda la obra redactada entre dos relaciones sexuales.

Punto Sexto:

Abstemio: el escritor de éxito debe ser abstemio: nada como permanecer sobrio para detectar las patéticas producciones literarias de los enemigos (el escritor de éxito siempre tiene y tendrá poderosos enemigos de plumín, moleskine y gafas de pasta), generalmente escritas bajo el negativo influjo del alcohol y el sexo (pero no siempre bajo el influjo del Jack Daniel´s, de ahí el motivo del fracaso rival).

Punto Séptimo:

Si no se tiene nada que decir (habitualmente el escritor de éxito nunca tiene nada que decir) se mencionará a Dante y a la Divina Comedia. Nunca, nadie, lo ha leído: quedarán en suspenso, impresionados. Y si entre los presentes alguien sí que leyó a Dante, lo habrá hecho tan mal y apelotonadamente, que no habrá entendido nada, indigestado, y por eso coincidirá con todos y cada uno de los puntos y comas: en cada punto y en cada coma.

Punto Octavo:

Celibato: el escritor de éxito debe practicar un celibato heroico: no tener sexo aclara la mente, robustece el espíritu y genera novelas plasticosas y vendibles como de un látex de preservativo.

Punto Noveno:

Se debe hacer caso de todos y cada uno de los decálogos literarios, en especial de este decálogo, y atender muy particularmente a los manifiestos de Quiroga, Borges, Monterroso, y con interés de entomólogo, a las recomendaciones literarias de Varga Llosa y Cortázar: sobre todo a estos dos últimos.

El saber literario exitoso se consigue siguiendo con la seguridad de un sonámbulo un decálogo.

1 comentario:

  1. sí, ahora me ha quedado mucho más claro. nunca seré una escritora de éxito. probablemente, ni una escritora a secas.

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