miércoles, 2 de noviembre de 2011

De 3 a 2


De 3 a 2, sí hoy se retrasa la hora de 3 a 2 de la madrugada y he encontrado el momento ideal, el momento especial en el que no ser nadie, en el que puedo desarrollar mi desgracia en toda su magnitud, en un instante crepuscular inexistente del que, luego, no quedará ni rastro.

Es una hora perdida para mi amor, es una hora extraviada en la que sí, tal vez, podríamos amarnos para luego volver a no existir. Seguramente te importo tan poco que en este periodo indefinido de 3 a 2 hasta podrías hacer el esfuerzo de quererme, aunque sólo fuera hasta volver a retrasar el reloj.

Lo comprendo bien ahora. Muy bien: escribo de 3 a 2 en la única franja en que puedo ser, en que puedo existir. Porque todo lo que haga, ame o diga, incluso viva, será borrado con un movimiento de las manecillas. Y sólo de esa forma puedo darme el gustazo de existir y sentir por unos momentos.

En los 60 minutos más agudos de mi vida.

3 comentarios:

  1. Sentir el tic,tac de ese segundo certero, ese segundo agónico y creador. Hundir el alma en el recorrido de las manecillas y ahogarse pluma en mano,con la tinta y las palabras que brotan como manantial de agua hirviendo, géiser que vomita en unos instantes el dolor acumulado de momentos, días, meses o incluso años de inmenso y taladrante desamor, sobre una indefensa hoja en blanco. Y respirar al fin.

    ResponderEliminar
  2. Enorme tu comentario, le das calidad al blog. Gracias, poco puedo decir o añadir a tus palabras... salvo que el final todavía no se ha producido... eso de respirar al fin. Ya me gustaría poder respirar al final! Me ahogo, de momento...
    Te agradezco mucho este comentario.

    ResponderEliminar