miércoles, 17 de agosto de 2011

Eso no es poesía


Nos encontramos en una esquina, hacía tiempo que no nos veíamos. Él llevaba un volumen de Ángeles y demonios debajo del brazo, diríase que hasta lo paseaba con orgullo.
Tío, que mala pinta tienes, me dijo, que ojeras gastas. Estuve toda la noche leyendo poesía, le contesté. ¿Poesía?, se extrañó, él me conocía bien, sabía de mi aversión por la poesía. Sí, me reafirmé, poesía, un libro de poemas de Bukowski. Entonces, se rió a carcajadas y me espetó: ¡Capullo! (lo recuerdo bien, sí, me llamó, exactamente: capullo). ¡Pero si eso no es poesía!
Lo miré a los ojos. El silencio de la esquina del barrio, tan pesado sobre nosotros. Señalé su mamotreto de Dan Brown y repliqué: No es poesía, no… es cierto, tan cierto como que eso que llevas bajo el brazo nunca será literatura.
Antes de darse la vuelta, malhumorado, me arrojó su incontestable conclusión:
¡No será literatura, pero esto lo leemos las personas normales!
Eso dijo: las personas normales. También me acuerdo muy bien.
Y ya lo sabía: esa noche me tocaría, otra noche más, una más, solitario y en vela, con el viejo hígadoensalmuera de Buk.

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