sábado, 3 de noviembre de 2012

Una vez más, otra vez más


UNA VEZ MÁS, OTRA VEZ MÁS:

me sorprendo mirando por la ventana bajo la llovizna de madrugada. Una vez más, otra vez más: me contemplo frente a un derrotado parque. Una vez más, otra vez más: me sorprendo reflejado en los cristales de mi penuria. Ha sido entonces cuando he tomado la auténtica conciencia de que aquella pálida figura derrumbada ante mí era yo. Yo. Una vez más, otra vez más: yo. Una vez más, otra vez más: frente al ventanal. Una vez más, otra vez más: contemplo las miserables calles. La capa de suciedad sobre la contaminada fuentecilla central. Abandonada a su realidad de aceras y adoquines, de cemento y asfaltos. Abandonada a la suma de realidades. Mi suma de realidades es cruel: hoy hace frío + hoy he madrugado para ir a trabajar + hoy no estás tú aquí conmigo + hoy te echo tantísimo de menos + hoy… Hoy me sorprendo mirando por la misma ventana: y veo la misma escena: el mismo reflejo agotado del rechazo vencido. Una vez más, otra vez más: sólo en la inmensidad de mi cuarto que parecía tan pequeño cuando en él, retumbaban tus latidos, y el flujo de tu sangre, y tu boca, esa boca, articulando todas aquellas maravillosas palabras que ya no encuentro ni debajo de la cama, ni aunque le dé la vuelta a las almohadas.

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