fuiste
otra moderna forma de anestesia
al pecho abierto y astilloso
una moleskine autografiada por los dos lados
entre todos los nombres de escritores
y el pesado amanecer tras las persianas
como lingotes de oro
fui
un edificio ruinoso y condenado
y apuntalado en tus dedos
todo un dolor sin su acupuntura
calmado en tu frente
y un traguito de coñac para las muelas perforadas
caliente como la sangre
fuimos
los nervios al aire congelado
de la siberia de nuestro corazón
tantos abrazos en prisiones y entre
alambres de espino como mis brazos y tus piernas
y también decretos de rendición
sin tomar prisioneros
eres
tan distante
como una carretera de lluvia y de norte
tan muda
en tu cómoda conexión de 52 k
un inoportuno salvapantallas
que cuelga de mi pc
soy
ese loco piloto de feria que pisa el acelerador
sin casco pero con correas
el último mono literario
que aporrea el teclado desesperanzado
y un borracho de esquina y de serrín
somos
un domingo de noviembre
que cruje como los huesos de santo
el estruendo de la guitarra de los ramones
con su técnica buzzsaw
el sabor en la boca tras vomitar
todas las veces que dijimos nuestros nombres
serás
aspirinas y preservativos
en un mostrador de farmacia
trampantojo de mujer
cuadro en su marquito en el mercadillo de saldillos
seré
basura espacial
en la órbita de tus caderas
menú del día
servido en la soledad de tus ojos
galletita de perrillo
y hasta perrillo que olfatea orines
no seremos
buhardilla de barrio de las letras
en donde ovillarnos
lineal de yogures de supermercado
aburrida tarde de película
bajo una manta sanguina
seremos
camisa de fuerza de la luna
trago de lejía
y taladro de esófagos
manos separadas
que brincan
al abismo
Hay metáforas realmente potentes.
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