jueves, 5 de mayo de 2011

El terror de la literatura


En 24 horas me he leído: Chump Change de Dan Fante y A la caza de la mujer de Ellroy. La sensación: aturdimiento, como resaca, como si me hubiera bebido una botella de Jack Daniels, no, dos botellas de Jack Daniels. En la boca un sabor acre: a whisky vomitado. En el corazón un puño, una garra, una certeza: tantas coincidencias, tantas similitudes con esos textos furiosos, destructivos, brillantes.
He leído a Dan Fante. He leído a Ellroy: he experimentado el pánico a la literatura. El pavor a la literatura. El terror a la literatura.
Pero de eso, tú que firmarás en la Feria del libro, rodeado de presentadores de televisión, famosillos, deportistas de elite y folclóricas, tú, que te pavonearas derramando tu ego por los bordes de la mesa de ponencias en algún curso de verano, tú, que dirás ser descendiente de una princesa para con ello arrogarte el derecho de haber escrito su biografía, tú, plagiador de bestsellers americanos que iniciaste una cruzada para demostrar en lo que no se parece tu libro al Gran Éxito, tú, vosotros, qué coño podéis entender de todo esto y ni mucho menos saber qué es eso del terror de la literatura.
Vamos, ni puta idea.

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