sábado, 16 de abril de 2011

Risotada sentimental


-¡Oh, vamos! -dijo ella-: Algún día nos reiremos de todo esto.
-Te garantizo -repuso él-, que si algo no haremos será reírnos. NUNCA. Si acaso, algún día lloraremos por todo esto.
Ella apretó los labios como si fuera a pronunciar algo, pero se contuvo. Dio media vuelta y dejó un portazo colgado en las sienes de él.
Tenía razón, era cierto: ya daba igual. Nunca, nada, había merecido la pena... pero de ahí a reírse de aquello...
-Pero de ahí a llorar por ello -le dijo ella, horas más tarde, a un amigo deseoso de ser algo más.
-Claro, claro, mejor tomárselo a risa... -apostilló el amigo, que ignoraba que, con el tiempo, también lloraría. Y mucho. Aunque, de momento, apuraba su JB con el éxtasis del premonitorio triunfo nocturno.

1 comentario:

  1. llorar, reír. a veces no hay tanta diferencia entre uno y otro. me gustó mucho la historia.

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