
-Pero tenga usted en cuenta, caballero, que todo ocurre por algo -me dijo exhalando esas maléficas palabras junto con el humo de su purito.
-Sí, todo ocurre, sucede por algo, ciertamente, amigo -admití-: en mi caso todo ocurre para que yo sea más y más desgraciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario