
Hoy, de nuevo, he leído tu horóscopo. Hoy, de nuevo, en tu horóscopo no me he reencontrado con tus ojos, con tus pestañas, ni con tu boca, ni con tu cuello, ni he escuchado tu voz... Hoy, de nuevo, he perdido el tiempo leyendo tu horóscopo.
Reflexiones de una mente enferma sobre el mal de la escritura
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