miércoles, 28 de abril de 2010

Ciudadano Ben X


Sólo y aislado ni toda la belleza de Gante y Brujas podría salvarme. Soy una botella de sangre a la espera de ser descorchada. Vagabundo ferroviario me traslado de Bruselas a Lovaina, de Lieja a Amberes. Te busco a ti, pero como no te encuentro: te invento. Soy el derrotado personaje de un vídeo juego, condenado a morir una y otra vez, cansado en resurrecciones.
No, no puedo tenerte, por eso: te invento. Al crearte soy un dios grandioso que moldea a su gusto, que de lo informe mastica la mujer más maravillosa del mundo. La mayor de las mentiras, es cierto, pero la mentira más maravillosa del mundo.
Soy un cobarde, pero no tan cobarde como el ciudadano Ben X. Yo sí entiendo que te he inventado, entiendo a mi creación, mi gesto de fracaso, y yo sí que soy capaz de realizar mi suicidio, de ir más allá de un mero y estúpido fingimiento.
Mientras toda la belleza del mundo -Gante y Brujas- giran en mi cabeza y en el cielo, el vagón de mercancías chapotea con la sangre de mi cuerpo y tú, creación mía: te disuelves tristemente al borde del andén.

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