-Yo creo, caballero, que su poesía es de muy serios tintes
venecianistas.
-¡Venecianistas! Vaya, amigo, ¡me halaga usted! ¿Lo dice porque
encuentra en mis versos ecos de Gimferrer? ¿De autosuficiencia formal?
-No, pollo, no… es venecianista, su poesía, porque hace aguas por
todas partes y se hunde en el fango por los cuatro costados. Y porque a usted,
como poeta, habría que ahogarlo en un saco con gatos.
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