jueves, 21 de julio de 2011

Thick as Thieves


Thick as Thieves era nuestra canción, en efecto, Thick as Thieves era nuestra canción.

Lo era: para los buenos y para los malos momentos, en la debilidad y en la fuerza, en los atascos y cuando nuestro pelo se agitaba por las ventanillas del coche, en nuestra Torre de Marfil y en nuestro descenso a los Infiernos, delante y detrás de las barras del bar, flotando en los cubitos del vaso de Jack Daniel´s o ahogada en los prematuros versos que yo abigarraba en hojas sobre las mesas de una cafetería.

Sí, Thick as Thieves era nuestra canción: por delante de David Bowie, en las tardes tristes, las noches de palabras y las mañanas de resaca, era nuestra para tararearla a pleno pulmón en la radio del coche, era nuestra para sentirla hervir en la sangre caliente; sí, era nuestra.

Thick as Thieves era nuestra canción: en el amparo, en el desamparo, en el amor y en el desamor, en la cercanía y, ahora, en la enorme, lamentable e insalvable distancia.

Sus acordes, sus puentes, ardiendo, todos ellos, en nuestros corazones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario