
Mientras tu disfrutas con él de la noche del viernes -ardiendo bajo los pantalones, bajo la minifalda-, yo la pasaré leyendo un libro de Georgi Ténev. La novela de Ténev no es mala, pero algo, una cosita pequeñita alojada entre el hígado y el páncreas, que va tomando forma, va creciendo, asciende desde el estómago, aprieta el diafragma, oprime mis pulmones, se hace bola en la garganta y pugna por salir en forma de lágrimas, ese algo me dice, en toda su enormidad, que esta realidad es algo lamentable.
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