*Mantuve esta entrevista con el poeta Ronald Campos para el blog de pensamiento poético Verde Luna:
https://verdeluna2012.wordpress.com/2017/07/14/respuestas-de-la-tierra-en-los-albores-del-estio/
Ronald Campos nació en San José de Costa Rica, en
1984. Profesor de Lengua y Literatura en la Universidad, su obra publicada ya
puede considerarse extensa y clave dentro del panorama poético de su país, con
proyección en Hispanoamérica. Ha publicado los siguientes poemarios:
Deshabitado augurio (2004), Hormigas en el pecho (2007), Navaja de luciérnagas
(2010), Varonaria (2012), Mendigo entre la tarde (2013), La invicta soledad
(2014) Quince claridades para mi padre (2015) y el poemario que ha propiciado
esta entrevista, Respuestas de la tierra (2016).
1-En primer lugar, ¿qué significa la poesía para ti?
¿Por qué esa necesidad de poetizar la realidad?
La poesía no es
una cuestión de palabras, decía Aleixandre. Hablar de poesía es tan inefable
como lo que la misma poesía persigue. Acaso puedo decir que sea un centro,
hacia donde el poeta se dirige a sí mismo y al poema y al lector, y un
vehículo, laborado y creador, por medio del cual se llega a un ámbito cotidiano,
es decir, fenomenológico y trascendente, profano y sagrado, real e irreal. De
ahí que la necesidad de poetizar responda a concretar ese ámbito de manera que
sea percibido e intuido por aquellos tres que, contingente y casualmente, se
(con)funden en el siempre instante cuántico en que solo dicho ámbito tiene
lugar.
2-¿Es el poeta un niño que juega con la realidad o
un adulto que se refugia en el juego poético para defenderse de las ofensas de
la vida?
Es un
adolescente. El poeta está a medias entre el niño, al que regresa intuitiva y
lúdicamente porque aprendió estas aptitudes de él, y el adulto, al que escucha
y obedece a fin de tenderle trampas al lenguaje y al poder. Es un adolescente
que está descubriendo constantemente su voz e identidades, a caballo entre lo
que reconoce y acepta, y lo que le dicen debe
ser. En medio de este estado, de esta tensión, el poeta, consciente de su
capacidad contemplativa, intuitiva, de ensoñación poética e imaginación
simbólica, explora la realidad acaso para refugiarse, acaso para renombrarla y,
así, recrearla como la vive o no.
3-¿Qué significa para ti Castilla y lo castellano
como objeto poético?
Castilla es
parte de mi niño. Cuando comencé a escribir a los 17 años, visité la biblioteca
de mi colegio y, al azar, llegué hasta dos poemarios que estaban yuxtapuestos: Cantos de vida y esperanza y Campos de Castilla. Los dos se
convirtieron en centros y vehículos. Y, claramente, el segundo de ellos aportó
un plano, un espacio que yo imaginaba como de libertad y, a la vez, de
empoderamiento, de realización imaginaria y, por tanto, plena, en ese momento
tenso que todo adolescente, y más uno gay, padece al (des)oír las voces de lo
que debe ser y la que está buscando
ser, decir. Castilla en mi adolescencia fue uno de mis primeros ámbitos
cotidianos. Lo castellano, recientemente descubierto por mí en su materialidad
física y simbólica, me ha revelado la heterogeneidad cultural que soy, y somos,
a ambos lados del Atlántico, en tanto sujetos hispánicos. Porque lo castellano
es, como parte de lo hispánico, también una voz de voces donde se escuchan
cuánticamente lo indoamericano, lo hispano-cristiano, lo hispano-judío, lo
hispano-musulmán y muchos más ecos.
4-En tu poemario Respuestas
de la tierra vemos como sería Castilla mirada con ojos tropicales, pero ¿y
Costa Rica, el trópico, visto con ojos castellanos? ¿Cómo sería?
El ámbito verde.
Lo verde que a Castilla le falta y que, por ello, asombra, escapa de sus
posibilidades, conduce a la ensoñación. Lo verde que, como todo lo americano y
nuestra historia, a través de la poesía es manantío expresivo, caudal,
potencia, montaña, centro de reunión que, aunque no lo reconozcan ni acepten
quizás algunos ojos castellanos, es igualmente una voz de voces de lo
hispánico. Costa Rica, en las fantasías actuales, es un paraíso, es “pura vida”
y, tal vez, hasta un poco Keylor Navas; sin embargo, mi país, con su literatura
y cultura, es un ámbito que invito, no solo a los castellanos sino también a
todos los españoles, a descubrir, ya que podría sorprenderlos, a pesar de ser
un territorio pequeño o inclusive incierto, pues muchos no saben ni donde se
ubica.
5-En España, la mitad de los españoles ha escrito un
libro, y la otra mitad lo está escribiendo… En Costa Rica… ¿la mitad son poetas
y la otra mitad quieren serlo? Me ha parecido percibir un cierto cansancio
poético allí, y una intención de revitalizar la narrativa… ¿es así? Entonces,
¿hacia dónde se dirige la poesía actual?
La narrativa,
tanto en Costa Rica como España y en otras latitudes, goza de salud. Pero la
poesía anda eufórica, enérgicamente desatada. En cada esquina se encuentra uno
un poeta y así variedad de voces, ecos, cuchicheos, susurros, silencios. Como
en todos lados, y esto es parte de la literatura en general, existen quienes
desean monopolizar e institucionalizar lo que es la poesía; sin
embargo, y para bien, se da la heteroglosia, aunque por esta misma razón
existan poesías que gritan, poesías que cantan, poesías que repiten y, por suerte,
poesías que, vinculadas a lo primordial y creador, balbucean. Hace un tiempo
dejé de interesarme en hacia dónde se dirige la poesía; me interesa ver cómo
conviven sus distintas manifestaciones, aunque dicha convivencia a veces lo
lleve a uno a querer balbucear en solitario.
6-Háblanos un poco de tus maestros en poesía, de tus
lecturas favoritas, de aquellos que más te hayan influido en la poesía y, por
extensión, en la literatura. ¿Qué has encontrado en ellos?
Al inicio cité a
Aleixandre. De él, sus formas, imágenes y ese ámbito cósmico donde los seres irreales
—¡y qué más irreal que un sujeto homosexual pues
está relegado a la irrealidad (la inexistencia e irrealización) dentro
del ámbito real: el orden (hetero)patriarcal— combaten lo
que deberían ser, sus enajenaciones
culturales y se representan, son, viven, aman como cuerpos liberados con nuevos
campos de percepción y afectividad de forma abierta y en conexión con la
naturaleza, con la necesidad primigenia de pertenecer a los ciclos. Luego mencioné
a Darío y Machado. De ellos, la heterogeneidad y la creación de los espacios
poéticos adonde ir y llevar al poema y al lector. He estado (re)descubriendo
últimamente a mis otros maestros y maestras del 27, así como a poetas
hispanomusulmanes, hispanojudíos, indoamericanos y más contemporáneos,
españoles y latinoamericanos, como Claudio Rodríguez, Lezama Lima, Esthela
Calderón, entre otros. Sin embargo, el poeta que más ha influido en mí como
persona, poeta y académico ha sido Laureano Albán. De él aprendí no solo
técnicas, estrategias textuales, sino también a autodescubrir mi propia voz y perspectiva
con respecto a lo que deseo y creo como poesía. Laureano ha sido mi maestro, mi
amigo y le debo mucho. He dedicado tiempo y esfuerzo a estudiar y dar a conocer
su amplísima y valiosa producción, la cual es sin duda cima, tanto como las de
Darío o Neruda, de la poesía hispánica.
7-¿Qué opinas cuando te dicen o escuchas comentar
que eres el próximo Laureano Albán? ¿Cuándo dicen que has heredado su poesía,
su conciencia poética, o que serás un prolongador de su escuela lírica…?
Es un halago,
pero no una verdad. Laureano Albán y yo hemos compartido durante mucho tiempo y
hasta hoy sigo aprendiendo de él y, como dije, me enseñó lo principal: a
descubrir mi propia voz. Coincidimos en la perspectiva trascendentalista, pero
cada uno tiene su propia huella para devolver en forma de cantos los rastros
del misterio. Nunca me he propuesto ser el próximo Laureano Albán. He leído y
escuchado decir que yo soy el “Laureanito rosa”; lo de “rosa” por mi esfuerzo
de enunciar y visibilizar lo homoerótico a través de mi palabra. Dentro del
piropo, les agradezco porque reconocen también que mi obra estaría en un nivel
y visión de mundo de alta calidad estética hacia la cual, con aciertos o no, he
tratado de dirigirme, eso sí, conscientemente desde el inicio de mi carrera
literaria. Por otra parte, Laureano Albán no tiene escuela. Él no enseña un método de escritura. Él ha llevado a
que muchos encontremos nuestra propia voz. Esto lo saben mis compañeros del
Círculo de Poetas Costarricenses y el Grupo Trascendentalista de Aranjuez. Más
allá de nosotros, algunos le reconocen y agradecen tal enseñanza. Otros la
niegan y aborrecen. O malentendieron o no pudieron entenderla, por cuestiones
de ego o conveniencias editoriales y amiguismos. Cada quien sabrá, pero repito:
Laureano Albán no tiene escuela: tiene magisterio, como demiurgo que es, y no
ha hecho más que compartir sus aprendizajes, inquietudes, dudas y verdades a
través de su poesía, ensayos, sobremesas, talleres, recitales, confesiones. Si
seré prolongador de este acervo de conocimientos, no lo sé, pero me gustaría
rescatarlo y darlo a conocer.
8-Si la poesía es un arma cargada de futuro… ¿qué es
la narrativa? ¿Una bomba atómica? O una pérdida de tiempo…
Complicado nos
lo pone Gabriel Celaya con esta metáfora. Yo no restringiría a la poesía la
tarea o pretensión de soñar y crear ese futuro, esa utopía donde todos podamos
convivir en la heterogeneidad que somos. La poesía hace lo que puede, como
también la novela, y aun el ensayo, el teatro, el cuento y otros. Ningún texto
literario puede entenderse como pérdida de tiempo; cada uno logra o intenta, a
su manera, ser “arma cargada de futuro”; cada uno estalla, nunca destructiva,
sino constructivamente en sus cómplices que lo reciben.
9-La poesía, un poema, el trabajarlo… ¿es más una
cuestión de desperdicio de papel o de inspiración?
El papel aguanta
lo que le escriban. Y así hay publicaciones. Son parte de la diversidad. Trato
de leer lo que se publica, comprender esta vastedad, pero también selecciono
según múltiples criterio. El principal de estos es el trabajo con la metáfora,
el trabajo con aquello no que hace a la poesía poesía, porque ella no es ni tiene una esencia, pero por lo
menos aquello que intenta volverla ese centro, ese vehículo otro y que por
medio de un trabajo lingüístico, intuitivo, simbólico e ideológico lo cautiva a
uno mismo y al lector, y nos hace pensar que tal poema es un ámbito de
profundidad y mostración inasequible por otro procedimiento. Por tanto, creo
que un poema debe trabajarse, no es el resultado de un proceso de inspiración,
del impulso que todos tenemos, pues el impulso creador poético está en el
lenguaje y es el más democrático de todos, decía Borges, en algún momento todos
hemos dicho al menos una metáfora o escrito un poema; pero a la vez, decía él,
el poema es aristocrático, pues pocos lo conciben y logran como concreción
artesanal que implica meditación, trabajo y dedicación. A ello mismo se refería
el propio García Lorca con su diferencia entre poesía y poema. Ahora, que los
poetas actuales consideren que sus textos son un desperdicio de papel, me
parece que, si fueran conscientes de ello, evitarían tal despilfarro, ya que
los árboles nos son mucho más necesarios y urgentes hoy.
10-Despídete con un pensamiento poético.
El
poeta es aquel quien mueve, desde la marginalidad, su palabra, para volverla
eterna. Esta ha sido mi frase desde hace algún tiempo; por eso, y en honor de
esta perseverancia y dedicación, me gustaría compartir, más que un pensamiento
poético, un poema, adelanto de una próxima depravación de la luz:
HABITAR EL MILAGRO
“Mi religión es la
religión del amor,
dondequiera que se
vuelvan sus cabalgaduras”
Ibn
‘Arabi (1165-1240)
No nos importa si
nuestro amor no es legal.
Tú y yo somos hombres-mujeres,
mujeres-hombres
y juntos otra cosa.
Nuestra
sombra andrógina, ¡ya ves!, es un desastre.
Y
ellos no pueden verlo, no por ciegos, sino
porque no es de estas sillas
y es de estas sillas.
Nuestra habitación, Franklin,
no temas, no es un encierro.
No es que triunfaran
insultos o amenazas.
Es que desde adentro le hacemos
el amor al bullicio,
depravados de luz,
voranescos de asombros,
con
todo un antemar en el oído,
para
escuchar lo blanco
distinto
en las gaviotas,
para
que tiemble
lo
eterno
como solo Dios puede en sus espejos.
Desde adentro le hacemos
el amor a la injuria, Franklin.
Con
tu cabello perdiéndose donde
ambinacen
mis piernas,
¡adelantándose
entre la niebla nuestras manos
juntas!
Una
Descubriendo
que el mundo
también
había nacido en ella, pues
siempre siempre
el verdadero espacio
nace del corazón
vertical de la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario