viernes, 23 de diciembre de 2011

Casillero del Diablo (avance#2)


CENTRO DE SUBSUELO. TURNO DE NOCHE:

02:16

voy a mear y en el servicio pienso en las ratas, de nuevo en las ratas, en si será cierto lo que bohumil hrabal dice de ellas en su libro una soledad demasiado ruidosa: que hay una guerra civil e intestina entre las ratas cellardas y las ratas de alcantarilla, con victoria para estas últimas y que, después, las vencedoras se dividen en dos clanes que se enfrentan, nuevamente, a muerte, y que en las cloacas y en el subsuelo de praga se está llevando a cabo, creo yo que desde tiempos inmemoriales, una aterradora lucha, una cruenta lucha que muy bien podría desarrollarse también en el subsuelo que me toca vigilar, igual que las ratas se matan entre ellas a dentelladas y sulfurosos bocados de tifus junto a los arrabales del puente carlos o del castillo de praga, aquí, los ejércitos ratoniles lo hacen, se masacran, en las cercanías del centro de control de subsuelo o cerca del aeropuerto, y lo hacen sin piedad, hendiendo sus incisivos de continuo crecimiento exasperante en las aceitosas colitas descarnadas de aspecto gomoso y creo que sí que podría yo distinguir a esta o aquella rata que cruza por el monitor como una rata perteneciente a uno u otro clan como también soy capaz de distinguir a quienes han sido heridos por la vida de quienes no lo han sido, porque ellos no necesitan para dormir emborracharse con chivas regal y aturdirse con tres cajas de valium

y las ratas, esas ratas que se aniquilan bajo la plaza de toros o cerca de tu casa, sí de tu casa también, desde luego, son parte de un inmenso ejército de ratas que se ejecuta sin compasión bajo las aceras de lugo, de burgos, de marsella, de londres, de nueva york, a tan sólo unos metros bajo tierra de las relucientes plaquitas de las calles que contienen nombres de calles como oxford street o carnaby street, quinta avenida o licenciado poza

y las ratas se asesinan junto a las murallas de ávila y bajo la torre eiffel y junto al mausoleo de napoleón y al lado de la columna de trafalgar y en las cercanías de la plaza del vaticano mientras el papa reparte su bendición semanal

03:15

me siento, desde siempre, especialmente identificado con hanta, el protagonista de una soledad demasiado ruidosa, la novela de hrabal, y que casualidad, al final sus comentarios sobre el subsuelo de praga y sobre las ratas los he podido hacer míos, al igual que esa teoría de que los ejércitos de ratas luchan entre ellos para obtener el derecho exclusivo a todos los excrementos que flotan en el alcantarillado, y estoy completamente de acuerdo con eso igual que estoy de acuerdo con otra afirmación que se hace en el libro: que los excrementos son diferentes los lunes que los domingos, que cada día tiene su peculiaridad, que no es lo mismo la basura del martes que la del miércoles o la generada en agosto que en febrero y que según el flujo de preservativos que navegan por el subsuelo se puede averiguar y asegurar sin ánimo de error que barrios de praga son más activos sexualmente y cuáles no, y yo suscribo todo eso y digo que también es aplicable a cualquier otra ciudad, a nuestra ciudad

y los teoremas de las galerías de subsuelo: según que depósitos de basura o restos de obra muy bien puedo averiguar tales cosas e incluso otras: si un día perdió un equipo de fútbol o ganó otro, si tuvo éxito tal o cual estreno cinematográfico o leer en los depósitos de basura porque leo en la basura como lo haría un adivino en los posos del café y soy capaz de advertir del porvenir y, lo que es más difícil, conozco a la perfección el pasado de esta ciudad y de tantos corazones rotos porque es más complicado averiguar el pasado que el futuro ya que el pasado es algo que todo el mundo siempre intenta ocultar porque lo odia, les aterra, y quisieran cambiarlo a menudo avergonzados por él

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