sábado, 28 de octubre de 2017

De Guinea al Magreb, pasando por Costa Rica



*Esta reseña apareció en el sitio Mi Nueva Edad:

https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/10/18/el-disco-del-mes-bo-djubi-songh-de-candelaria/


Interprete: Candelaria
            Título: Bo djubi songh
            Discográfica: Whatabout Music
            Género: Jazz Fusion/World Music
            Duración: 43m; 50s.
            Número canciones: 6
            Fecha de publicación: 7 de febrero, 2012

De Guinea al Magreb, pasando por Costa Rica
           
La industria musical es cruel y, generalmente, desagradecida. Por ese motivo, acostumbra a sepultar intérpretes y grupos de sobrado talento bajo toneladas de mediocridad y música para radio-fórmulas. Solo así se puede explicar, en un negocio cuya ceguera solo es comparable a lo inmenso de su insensibilidad, que discos como el que hoy recomendamos en Mi Nueva Edad hayan pasado de largo.
            Bo djubi songh, al parecer el nombre de una danza de Guinea-Bissau en idioma Kiriol, es el luminoso y optimista segundo disco de la banda Candelaria. Lo luminoso, y lo optimista, en este trabajo, vienen de la mano del free-jazz fusionado con ritmos africanos. En efecto, aquí hay mucho de los míticos Weather Report, del propio Joe Zawinul, pero los sonidos de África recuerdan, también, al disco Tchokola del violinista Jean-Luc Ponty e, incluso, las guitarras se aproximan a Pat Metheny.
            Con todas estas influencias, o con el rastro que podemos encontrar de estos músicos en el disco, parece difícil creer que semejante obra no haya tenido la repercusión merecida. Pero, lamentablemente, ha sido así.
            El disco arranca con una invitación para ser escuchado de la mano del saxofón de Fran Mangas al inicio de Tegucigalpa, primera canción de este manifiesto musical del buen gusto. Inmediatamente después, llega una de las canciones estrella, Caldera Power. La guitarra de Israel Sandoval y las percusiones de Jesus Mañeru se acoplan para levantar una pieza de un ritmo vertiginoso.
            En Corsica, el espíritu de Weather Report que inspira todo el disco se hace patente, de la mano de las flautas de Juan Carlos Aracil que traen ecos de Tim Weisberg, el flautista norteamericano de jazz fusión. Y después, cuando ya estamos completamente rendidos a Candelaria, brota el gran tema de este Bo djubi songh: Pura Vida. Una experiencia vital en Costa Rica inspiró esta canción de casi 14 minutos. La forma en la que se desencadena la batería al principio, arropada por el bajo, inmediatamente puede recordarnos a una composición de la banda de jazz de Phill Collins, los míticos Brand X; sin embargo, en un giro sorprendente, la pieza se llena de sonidos con regusto al Magreb, compaginados y alternados con toques jazzísticos de muchos quilates y acostados sobre un efervescente teclado manejado por Mario Díaz.
            Una ambiental, atmosférica y relajante Humo, con un reposado saxofón, nos conduce por esta carretera musical hasta su última entrega, la canción que da título al disco, ejercicio vocal y de percusión africana como epílogo a un trabajo en donde han aparecido corrientes, tendencias e influencias de los mejores intérpretes de jazz del mundo. Y no sólo eso, porque el espíritu funk de Earth, Wind & Fire asoma su cabeza por el fondo.
Un trayecto que abarca desde Guinea hasta el Magreb, pasando por Costa Rica, lo que consigue, curiosamente, que el disco muestre una sólida y monumental personalidad propia; una presencia apabullante de lo que pueden alcanzar un grupo de excelentes músicos cuyo objetivo es la delicadeza y la inspiración en cada una de sus composiciones.
            Y, dado el maltrato de la industria, es casi imposible comprar el disco, pero se puede escuchar, y merece mucho la pena, en el siguiente enlace de Spotify:
https://open.spotify.com/artist/7ks3PBmgylaxcrmfbefGsi
Os invito a todos a oírlo, como una forma de hacerle justicia a este disco y a estos músicos.
  


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