domingo, 7 de abril de 2013

Escuela de escritura

-Dadas las siguientes palabras: rompetechos, claroscuro, noroeste, fonético-fonológico, puticlub, fotosensibilidad, medianoche, rostropálido, inmunodeficiente, aeroespacial, malherido, curalotodo: componga usted un texto literario con sentido.
-Sí, maestro, a ver qué opina de esto…
-Sírvase a leer.
-¡Ejem!, voy:
         “Saramago, también conocido como rompetechos, con su rostropálido lunar como de misión aeroespacial de esas que se incrustan en el ojo de la luna, navegaba malherido por el éxito de crítica entre el claroscuro de su literatura y hacia el noroeste de lo fonético-filológico. Así, sus páginas se derramaban de medianoche gongorina aquejadas de una fotosensibilidad inmunodeficiente que buscaba dar lástima para que le saliera gratis el remedio curalotodo: la visita al puticlub pagada por cualquier colega compungido”…
-Es un buen ejercicio, caballero, pero podía haber contestado a mi reto de una forma más exacta…
-¿Cuál?
-Con un simple: ¡váyase a la mierda! ¡Con pruebas así jamás se aprende a escribir!
-Pero…
-¡Ni peros ni nada! Sí, lamentablemente, plegándose a mis imbecilidades usted elige ser también un imbécil… ¡Así que está perfectamente preparado para el mundo literario!
-Entonces… ¿ya soy escritor?
-¡El mundo literario, amigo! El mundo literario… en ningún momento le he dicho yo nada de escritor…

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