lunes, 12 de junio de 2017

London by Night



En la noche de sangre y cuchillo
te enfrentaste a la oscura bestia.

No sabías que su vientre negro
se alimentaba de cuscurros de odio,
de vainas de mentiras,
de cáscaras de violencia.

En la noche de vísceras y pánico,
en esa noche,
trataste de componer un haiku de heroismo,
un poema de generosidad.

Pero no sabías, ay,
que el animal furibundo
desconoce la anatomía del valiente,
que vomita sus heces sobre el cadáver
que alfombra su paso.

Y escupió su inmundicia sobre ti.
Y nos regó con su mierda,
a todos nosotros,
tan cobardes,
parapetados en el televisor,
indignados tras un plato de lechuga,
asustados de tertulia y telediarios
a la hora de la cena...

Tu valor,
manantío de cielos,
limpia toda la vergüenza del mundo.

Y así,
podemos tragarnos,
incluso digerir,
la ensalada moteada con el gorgojo
del asco...

Mientras,
tu cuerpo se afirma
sobre las aceras del Puente de Londres.

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