He comprobado que
aquellos que dicen “voy a tomar un baño” en lugar de “voy a ducharme”, lo dicen
por la poca o escasa costumbre que tienen de ello, vamos que la higiene de la
ducha diaria no va con ellos sino más bien el medieval bañito semanal.
De igual manera,
quienes dicen “hojas” en vez de “páginas”, y hablan de “capítulos de
transición” que habitan en las entrañas de una novela, quienes hablan de branding,
briefing y royalties en relación a la literatura, son como los que
pronuncian “baño”, que se les descubre la poca costumbre con la ducha o con la
escritura.
Así, para unos la
recomendación de lectura de algún libro más, que quizás alimente o extinga para
siempre los hábitos de higiene; para los otros unas cuantas duchas frías que,
quizá, reblandezcan las cortezas de sus cerebros el tiempo suficiente como para
reflexionar y percibir que branding, briefing y royalties
son términos que casan muy bien con las campañas de publicidad de preservativos,
viagra o alargadores del pene, pero muy poco con la literatura. Y si las duchas
frías no los hacen entrar en razón, a las duchas súmese camisa de fuerza, esa
que tan sólo deje sus manos, tras descomunal esfuerzo, capaces de teclear sus
novelitas presuntamente geniales de 140 caracteres.
Y por supuesto una
legión, tras eso, de “me gusta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario