jueves, 13 de febrero de 2014

hitler de carnestolendas



de aquella época recuerdo el frío, el frío de tu casa, eso por encima de todo, y también las ganas de escribir, las ganas que tenía de escribir y de cómo me atrincheraba en tu pisito, pequeño y sin calefacción en un ático cochambroso de alonso martínez y, en efecto, yo quería ser escritor y tú ni tan siquiera te planteabas eso, salías de casa todas las mañanas camino del trabajo en la empresa de tele-marketing y me dejabas allá, en la soledad helada que habíamos intentado calentar durante el desayuno utilizando la vetusta chimenea, quemando unos tocones de papel prensado barato y cutres que apenas daban calor

de aquella época recuerdo eso, mis intentos por escribir, entonces una novela que acabó en el fondo de un cajón y junto a otras tantas aspiraciones de mis fracasos y recuerdo también que en aquella época, por entonces, no había ni facebook ni twiter ni redes sociales ni nada de eso, y que me dedicaba a escribir todo el día mientras tú llamabas y llamabas en tu tele-marketing intentado colocar unidades y unidades de objetos inútiles, cuchillos de cocina, colecciones de discos o aparatos de gimnasia, y yo en la congelación de la literatura escribía en la buhardilla muerto de frío

recuerdo que una mañana de aquella época en la que yo quería ser escritor y tú ni te imaginabas que serías escritor decidimos terminar con el frío quemando en la chimenea libros, si libros de la biblioteca, libros de los que durante un tiempo atrás, asesorado por dios sabe que cuadrilla de imbéciles, habías ido comprando, la mayoría de segunda mano y baratos, aunque también ardió, y con chisporroteos de placer, alguna que otra edición de lujo del best seller del momento

y recuerdo que arrojamos, con deleite incluso mucho más allá de las expectativas de calor que podrían proporcionarnos, ejemplares de novelas de edgardo merendoza, mudaina grandezas, mémez verte, sanchís dragontea y, cómo no, aquellos espantos de saray auriga, el peor de todos ellos, en particular su novela entokiados, por ejemplo, que daba ganas de vomitar, y recuerdo tu sonrisa de medio lado plena de odio y aborrecimiento literario cuando como si fueras un nazi ante la pila erigida y exigida por el mismísimo führer entregaras al sacrificio del fuego purificador el entokiados de saray auriga, con gran merecimiento de que una mierda así se calcinara y al menos nos calentara un poco

recuerdo que no conseguí publicar nunca nada y que dejamos de vernos, que nos perdimos la pista y que los tiempos en los que no había twitter ni facebook se extinguieron y dieron paso a los tiempos en los que si hay twitter y facebook y entonces me topé de nuevo contigo, bueno más que contigo con lo que parece ser tu reencarnación mediática y oportunista de escritor maleable vendido al ideal de unas gafas de pasta y una cuadrilla de colegas aduladores

entonces he sentido ganas de vomitar, hoy he leído un tweet tuyo, un tweet emético que elogiaba la nueva novela de saray auriga, que tanto estabas disfrutando con su lectura

disfrutando de la nueva novela de saray auriga felicidades amigo

y la vergüenza al recordar como ardía entokiados en la chimenea de la buhardilla de alonso martínez y te cagabas en la madre que parió a saray auriga que no parecía ser entonces nada amigo y te enciscabas en toda su obra y regodeabas en la pira de fuego como un pequeño hitler de carnestolendas y cuchufleta y ahora que pareces tan amigo

porque unos a otros os acaricias el lomo unos a otros vendidos a los premios unos a otros y al marketing que ya ni siquiera es tele-marketing que es marketing directo

y unos a otros

y entonces entendí que te hiciste un escritor consagrado de los que son líderes de opinión en 140 caracteres de esos a los que a la gente les interesa tanto cuando avisan que van a cagar o han pillado purgaciones y no pude ya indignarme mucho más porque entonces comprendí

comprendí que tú y todos los tuyos, aquellos de quienes quemábamos las novelas en la chimenea, averiguasteis hace mucho tiempo la clave en esto de la literatura moderna, que se reduce a una cuestión de chuparse las pollas

y si acaso después a un buen enjuague bucal

y bueno

que recuerdo todo eso

No hay comentarios:

Publicar un comentario