En la Puerta del Sol, frente a la estatua del oso y del madroño, una
prostituta cansada de esperar saca un bloc y dibuja, con buena mano, la torreta
del reloj, en esta soledad de color whisky con hielo.
Esta noche me emborracharé para recordar que fue aquí en donde recibí
el sms tuyo con el mensaje “vete pidiendo mesa que llego tarde”, hace más de
dos años, en mitad de esta soledad de color whisky con hielo.
En medio de la calle y esas paradas de autobús en donde te abracé una
vez para despedirme y sabiendo que no te vería más te pedí un segundo abrazo
que tu me negaste con no sé muy bien qué estupidez surgida de tus labios, hace
más de dos años, en esta soledad de color whisky con hielo.
Es de noche y la ola de calor y el insomnio y la borrachera sumergen
mi cuerpo desnudo en la cama, ahora, en esta soledad de color whisky con hielo
y de más de dos años de lorazepam.
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