martes, 4 de marzo de 2014

operación hodgkin



orgulloso de lágrimas y taquicardia el padrecito gimoteaba de angustia viendo la actuación de la niñita en el plató de televisión en ese plató en el que los a-ha decían que el sol siempre brillaba aunque el padrecito sabía que se trataba de un sol de mentira y como de mierda y un sol de cagadas y meados y de focos y de maquillajes que provocan reacciones alérgicas en la piel y ronchas y el sol del plató ahora iluminaba la actuación estelar de la hijita que se empezaba a convertir en una estrellita de firmamento rutilante y el padrecito tan orgulloso porque vivía su vida a través de ella y volcaba su frustración y su fracaso en ella y todo lo que jamás había conseguido y todo lo que nunca había podido conseguir y todo lo que jamás conseguiría lo obtendría ahora ella la hijita y desde una esquina de la tramoya del plató en donde siempre brilla el sol el padrecito con la cabecita rapadita al cero y dos lagrimitas que surcaban su carota henchida por la quimioterapia se emocionaba con la actuación de la hijita en el live show de famosos fugaces presentado por el gran despojo humano que poco después elegiría morir de una sobredosis y el show auspiciado por tres cantantes de baja estofa y pocos méritos pero muchas activaciones de márketing y discos de oro concedidos y otorgados y logrados con tejemanejes y toda una trayectoria de talento masturbatorio y elogios prefabricados y en la esquina de la tramoya el padrecito cacerígeno y linfático que vivía la vida del éxito a través de su hijita y se realizaba en su hijita y deseaba tanto vivir en ella que el pequeñito tumorcillo de esos ganglios rebeldes e infectados que le rebullía en el interior se traspasó a la niñita que entonaba con entusiasmo e infinita tristeza la cancioncita de avril lavigne my happy ending en sus dos minutitos de gloria y el padrecito tan empeñado en vivir a través de ella necesitaba que incluso su cáncer arraigase en ella con la raíces del éxito y la quimio y el sufrimiento y el padecimiento y la infección y la urticaria del linfoma de hodgkin los hiciera eternos mientras los aplausos estallaban en el plató y saludaban el triunfo de la hijita que allá dentro muy profundo en su interior eclosionaba con mimo el tumorcito que aumentaría voraz con cada nuevo elogio y con cada presentación en el plató por parte del gran despojo humano que a poco fallecería de sobredosis y el tumorcillo se haría pelota y la pelota éxito y la vida del padrecito así encontraría sentido en la carne y vísceras de la hijita y todo iluminado el tumorcillo que arreciaba en el interior de la niñita por los focos de ese plató en donde se alumbró el cáncer linfático alimentado por una extraña fotosíntesis porque como dicen a-ha el sol siempre brilla en un plató de televisión

2 comentarios:

  1. Terrible y extraordinariamente intuitivo.

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    1. Gracias Gloria por tus comentarios, sabes que agradezco mucho cualquier respuesta en este blog al que tengo tanto cariño...

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