miércoles, 29 de febrero de 2012

Historiectomía I



1.Consideraciones generales sobre la Historiectomía y formas de proceder:

¿Qué extracción histórica quiere que le hagamos? Esa es la pregunta que formulo a mis pacientes, arrellanado en mi enorme sillón de orejas, al otro extremo de una inmensa mesa de caoba, en mi consultorio de River Oaks. Sí, el negocio marcha bien, de una forma excelente, porque nunca falta trabajo. Las extracciones históricas, o usando el término técnico exacto, las historiectomías, están viviendo en esta época un éxito completo.

No se crean ustedes que viajamos atrás en el tiempo (porque únicamente podemos viajar hacia atrás, tal y como nos regula la Comisión del Espacio-Tiempo) para evitar que los padres de Hitler se conozcan y evitar así que ese monstruo hubiera nacido, o para impedir que Julio César cruzara el Rubicón, o alguna zarandaja de ese estilo, del tipo pseudo histórico de Ciencia-Ficción. Que va. La Comisión analiza al detalle cada una de nuestras peticiones y algunas las acaba rechazando. Desde luego, nada que tenga que ver con personajes históricos. A esos, ni tocarlos un solo pelo de la cabeza. Es más, por accidente, me parece que el personaje más famoso que se cruzó en una intervención (sin que hubiera ningún problema futuro, afortunadamente) fue el tipo ese de la cometa y la llave y el rayo, ya saben, ustedes me entienden… Edison, lo tenía en la punta de la lengua.

Nosotros prestamos otro tipo de servicio. Simplemente, extraemos del pasado sucesos nimios a los ojos de la Gran Historia de la humanidad, pero enormes en el devenir de los seres insignificantes. Les pondré algunos ejemplos: un tipo de Rochester, víctima de un divorcio terrible, quiso evitar el motivo del conflicto, un motivo de metro ochenta, laaargas piernas, caderas cimbreantes y pechos generosos. Simplemente, el Equipo de Extracción retrocedió hasta justo un instante anterior y evitó que el hombre (actualmente feliz y generoso padre de familia) arrojara por la borda y con una infidelidad todo su esperanzador futuro.

En eso hemos quedado con los saltos atrás, en intervenciones que evitan divorcios, la compra de negocios ruinosos, imprudencias temerarias… en fin, cosas de esas. Además, ya les digo, la Comisión analiza cuidadosamente el impacto de cada extracción y la línea temporal que se verá alterada (hay quién prefiere decir dañada, pero ese es un término que no me gusta nada). Por ejemplo, entre las intervenciones rechazadas por la Comisión: un chiflado quería que convenciéramos a Bob Marley de que se curara una herida en el dedo gordo del pie que se hizo jugando un partidillo de fútbol y, al parecer, eso lo acabó matando… La Comisión impidió esa actuación porque Bob Marley, consideraron acertadamente, debía parte de su mito e influencia a su muerte, y pensaban que un Bob Marley de 80 años arrastrándose por los escenarios perdería gran parte, o toda, de su importancia… Así que de resucitar a Elvis y cosas como esas, ni hablar.

Muchos clientes se sientan delante de mi enorme escritorio y mascullan la frase definitiva: Dios, dicen, si aquel día no hubiera tomado esas copas de vino de más… Si no lo hubiera conocido… Si no hubiera robado ese anillo… Si no hubiera contestado al teléfono… Si hubiera usado preservativo… ¡jajaja!, esta última frase la escucho más veces de las que ustedes pueden imaginar, y siempre me hace gracia.

En efecto, la gente prefiere una intervención temporal a un aborto, una historiectomía carísima antes que un par de años de cárcel por un atropello con lesiones bajo los efectos de la borrachera o que apechugar ante el negro machón en el expediente policial por el hurto, más o menos vehemente e irresponsable, de una baratija.

No hay comentarios:

Publicar un comentario