Oliste a melón maduro en las playas de la Costa Rica del recuerdo; oliste al plátano verde y amargo en las costas de pistachos; oliste a piña, a trufa, a verduras en sazón (con unas gotitas de amoniaco desinfectante).
Oliste a todo eso , pero, sobre todo, apestaste a ti: fruta prohibida/fruta podrida.
Me encanta, ya sabes por lo de la muerte y la fruta, por El miedo del portero al penalti y por Mar de Chira.
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