martes, 9 de julio de 2019

Rocketman: música y espectáculo, la esencia pura de Elton John en cine



*Esta crítica apareció en achtungmag.com:
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Ayer tuve la fortuna de asistir al preestreno de la película Rocketman, que narra la peripecia vital de Elton John: la manera en que empezó, cómo se abrió camino en el mundo de la música, de que forma logró el éxito y los peajes que se vio obligado a pagar a la propia industria que lo encumbró, también emocionales y personales, todo ello con una extraordinaria y cuidada puesta en escena. Es imposible, dada la cercanía del otro filme, no entrar en una comparación, absurda e injusta, con la película sobre Freddie Mercury y Queen. Hoy, en este Odradek de los viernes, voy a hablaros de cine, pero sobre todo, de Elton John.

Vaya por delante, y como primera aclaración o apreciación, que Rocketman está en ciertos aspectos muy por delante de Bohemian Rhapsody, aunque como he dicho, cualquier comparación no es ya absurda, sino odiosa; y además, yo no entiendo una palabra de cine, en esta ocasión tan solo soy un opinador que conoce, admira y sigue las carreras de Queen y de Elton John.
Por encima de algunas observaciones sobre si el actor que daba vida a Mercury, el oscarizado Rami Malek, se parece en mayor o en menor medida al cantante —yo creo que está clavado, pero los muy fanáticos dicen que no (si le han dado el Oscar será por algo, pero ya os he advertido que ni entiendo, ni pretendo entender, de cine)—, nos topamos ahora con otra excelente interpretación en el actor Taron Egerton, que da vida a Elton John.
Los actores que dan vida a Freddie Mercury y Elton John:


Tanto uno, Mercury, como el otro, Elton John, son ya dos iconos del rock y del pop, dos figuras inconfundibles, plenas de tics, repletas de una imaginería característica que obliga a ponerlos en pantalla de una forma exacta para que no se conviertan en esperpentos. Conseguido este punto en ambos esfuerzos actorales, voy a señalar la principal diferencia entre Rocketman y Bohemian Rhapsody, esa que hace que me decante por la primera, habiéndome gustado muchísimo también la segunda: Rocketman es más que un biopic, es un musical.
Dos carteles de la película Bohemian Rhapsody:


En efecto, la película de Queen es aquello que en cine se define como biopic, es decir, una película biográfica sin más. Cierto es que, por ejemplo, la parte final, la recreación extraordinaria del concierto Live Aid, es más propia de un video clip o de un documental musical, pero en lo fundamental, Bohemian Rhapsody, pese a contener rock a raudales, simplemente (con todo lo complejo que eso resulta) se limita a colocar el biopic a una gran altura; en este caso, además, se trata de un subgénero, el biopic musical, donde antes ya hemos disfrutado de películas magníficas: con los DoorsTina TurnerRay Charles, los Beach BoysJohnny Cash e, incluso, una serie de televisión sobre INXS, entre otras muchas estrellas de la canción cuyas vidas se han traspasado a la pantalla, ya fuera grande o pequeña (recuerdo con especial cariño sendos telefilmes sobre John Denver y The Carpenters).
Carteles de dos excelentes biopics: la película sobre Ray Charles y la de Johnny Cash, ambas oscarizadas:


Sin embargo, y este es para mí el gran acierto de Rocketman, la narrativa se enfoca como un musical. La película es un crossover entre el biopic y el musical, tomando lo mejor de Bohemian Rhapsody en cuanto a género biográfico, y, por ejemplo, las virtudes del inolvidable musical sobre las canciones de The Proclaimers, la acertada Sunshine on Leith (en español Amanece en Edimburgo).

Así que las canciones, la letra de esas canciones, va ilustrando a la perfección cada instante, cada momento vital de Elton John, interpretadas por numerosos personajes que no siempre tienen que ser el propio Elton. El paso de biopic a musical conduce a la película hasta otro nivel en relación con Bohemian Rapsody. Muchos pensaran que, obviamente, dados los centenares de canciones que posee Elton John, no es demasiado complejo encontrar aquellas que encajan con la historia de su vida. Yo creo que aquí radica uno de los desafíos a la hora de llevar a cabo la película, resuelto formidablemente.
Aunque aparecen algunos pedacitos, a veces minúsculos, de canciones tales como Sad SongsI Guess That´s Why They Call It The BluesCandle In The Wind o Don´t Go Breaking My Heart, la película ha elegido temas de la primera época del cantante para la mayoría de las interpretaciones largas que se producen en el filme: Tiny DancerYour SongHonky Cat, por supuesto RocketmanCrocodrile RockSaturday Night´s AlRight For FightingGoodbye Yellow Brick RoadBennie And The JetsDon´t Let The Sun Go Down On MeThe Bitch Is BackPinball WizardSorry Seems The Hardest WordTake Me To The Pilot, y como más moderna, I Want Love (que es de 2001). Dejo aparte I´m Still Standing, porque significará el renacimiento del músico, y la culminación de la película.
De forma que, los temas seleccionados, abarcan desde el año 1970 al 1976, con la excepción del tema I Want Love que, además, como retruécano, es interpretado en la película por un Elton John niño y por parte de su familia y que, en este caso y aunque logra una elevada cota de emoción, no iguala ese video clip soberbiamente —y sobriamente— protagonizado por Robert Downey Jr:
Por tanto, el filme se centra en la primera época o época clásica del músico, que con una carrera tan dilatada —30 discos de estudio, 4 en directo, 16 recopilatorios, 7 bandas sonoras, 6 números uno en álbumes en UK y 7 en USA, más de 133 singles, con más de 20 temas número uno en Estados unidos y cerca de 10 en Gran Bretaña— necesariamente debe dividirse en etapas. Los críticos marcan unas bien definidas, pero yo tengo otras, que paso a comentaros.
Empty Sky, primer disco de Elton John.
La primera fase de ignición de este hombre-cohete camino del éxito que es Elton John engloba desde su álbum debut, Empty Sky, de 1969, hasta el deliciosamente sinfónico, y uno de mis discos favoritos, Madman Across The Water (1971). La segunda etapa abarca desde Honky Chateau (1972) hasta su obra maestra Goodbye Yellow Brick Road (1973). A continuación, una tercera fase desde Caribou (1974) hasta Blue Moves (1976).


La cuarta fase viene caracterizada por el primer disco sin Bernie Taupin en la composición de las letras, A Single Man (1978), y hasta Jump Up! (1982). En la película se incide en la importancia de la relación entre Elton John y Bernie Taupin, absolutamente crucial en la carrera del pianista y cantante. Puede, sin duda, que junto al tándem Lennon-McCartney y el otro dúo de oro, el de Jagger-Richards, la combinación Elton John-Taupin haya sido una de las más exitosas y gozosas de la historia de la música.
La quinta fase compositiva de Elton John abarca desde 1983, año de Too Low For Zero, el disco del renacimiento, que incluye la declaración de principios I´m Still Standing, en un trabajo excelente pleno de hits y de canciones que son grandes joyas (como CrystalReligion o Kiss The Bride) y alcanza hasta Leather Jackets, del año 1986.

Una nueva reinterpretación o reinvención personal llegará con Reg Strikes Back, de 1988, que señala el principio de su sexta época, la más extendida en el tiempo, hasta The Big Picture (excelente disco, por cierto), de 1997. Y la última parte, la séptima, que engloba desde Songs From The West Coast, 2001, y hasta Wonderful Crazy Night, ya de 2016, el álbum de estudio que significa el número 30 del músico.

Rocketman se detiene en el momento de Too Low For Zero, es decir, cuando Elton supera diferentes crisis (alcohol, drogas, problemas mentales y emocionales) y con I´m Still Standing demuestra que está de vuelta en la industria, para quedarse y dar, todavía, mucha guerra. Se recrea el video de esta canción, grabado en Niza durante la edad de oro del video clip, y que nos ponían de forma incasable en Televisión Española.
De aquella época recuerdo una sonada actuación de Elton John en el show de Ángel Casas, cuando ese programa se emitía para toda España y no solo para Cataluña, en donde sentado a un piano tocaba Cold as Christmas y un segundo tema que no recuerdo bien cual fue: debió de ser I´m Still Standing o I Guess That´s Why They Call It The Blues (otro video clip que se repitió en la televisión hasta la saciedad). Si alguien recuerda esa actuación de Elton en el programa de Ángel Casas, allá por 1983, que nos lo confirme, por favor.
Rocketman es una película repleta de instantes notables, como la reconstrucción del primer show en Estados Unidos de Elton John, en el mítico Trobadour, ubicado en West Hollywood, o el emotivo instante de la composición de la canción Your Song. Brillante es también la puesta en escena de Honky Cat, para un esfuerzo cinematográfico más que notable, entretenido y que he podido disfrutar muchísimo.
La película, que se estrena el 31 de mayo, supongo que hará las delicias de los fans del músico que, además, anuncia una parada en España, concretamente en el WiZink Center madrileño, el próximo 26 de junio. El concierto formará parte de una gira monumental, que comenzó en 2018, y abarca, además, todo este 2019 y a lo largo de 2020 y 2021. El Tour, con el nombre de Farewell Yellow Brick Road, se plantea como una despedida, que incluirá 300 actuaciones y pondrá punto final a la presencia del músico en los escenarios tras 50 años de carrera.
Los conciertos de esta gira final, junto a la película Rocketman, resultan una excelente combinación para celebrar tantos años de música de este extraordinario intérprete y compositor.
No entiendo de cine, pero la película Rocketman me ha parecido muy buena. No puedo abarcar ideas ni conceptos técnicos, pero sí entiendo de música, y solo por escuchar las canciones inolvidables de Elton John ya merece la pena pagar el precio de la entrada. Rocketman no falla a la hora de ofrecernos música, espectáculo y entretenimiento: la esencia pura de los 50 años sobre el escenario de Elton John.

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