domingo, 17 de junio de 2012

The Guns of Brixton


Has dejado toda la ciudad, entera, con la aspereza de su asfalto y la inhumanidad de esos semáforos, la has dejado para mi soledad. Una porción de ladrillos amargos y un cubo de lágrimas con las que fraguar las zanjas. Has dejado toda la ciudad a mi cargo, ese peso me quiebra el pecho con los crujidos del aire acondicionado que ya no te refrigera, que ya no refresca nuestros vasos y nuestra circulación sanguínea. Aquí arriba, en la terracilla, y los edificios de la Gran Vía: al fondo puedo ver el Calderón. La terracilla de nuestros momentos sobre-bajo. Sobre la terracilla, abrazados y derramada la manta y bajo el cielo de enero esperando a que el frío nos traspasara los huesos y la estación espacial internacional. El rugido de la refrigeración es como un guitarreo de Mick Jones y ya sabes: Clash, Clash City Rockers!!! Entonces, me mirabas a los ojos y me tarareabas un poquito de Spanish Bombs… In Andalucía, Federico Lorca is dead and gone y eso de yo te quiero infinito yo te quiero mi corazón y eso de los blacks cars of the Guardia Civil, ahora son dos sonidos los que confluyen en mi cabeza, el refrigerador ejecutando su solo de guitarra como en I´m not down, pero yo si estoy down como la Woman del Callao que tiene mucho down y el otro sonido es tu susurro y es tu voz en mi cabeza que me tararea Spanish Bombs y eso de yo te quiero infinito que sonaba mejor diluido en tus labios que en la garganta herida de alcohol de Joe Strummer y si, ya sé que se nos murió el Strummer igual que se nos murió Joey Ramone o se nos murió Dee Dee y ahora tú añadirías y se nos murió Updike y Salinger, siempre mencionando a esos escritores de la mierda y los tejadillos a mi alrededor de una ciudad que me has regalado en toda la monumentalidad de su desidia, en la enorme monstruosidad de tu ausencia y al ritmo de Guns of Brixton y del bajo de Paul Simonon bum bum bum bum bum bum bum doy pasitos con el daiquiri de brik en la mano y trato de componer una figura sofisticada como esa poeta que tanto te gustaba y que se atiborró a daiquiris antes de gasearse (era Anne Sexton, corazón, me reprocharías mientras yo aumentaba odiándote a ti y a tus libros), bueno pues como esa tía yo ahora intento componer un gesto sofisticado mientras al ritmo del bajo de Guns of Brixton me acerco a pasitos a la gárgola estúpida e hija de puta de la esquina, su cemento cuarteado por el sol y abajo el asfalto derretido por los centígrados como enormes gotillones de una mierda negra que me rezumara del corazón, yo que soy tu corazón, y lo primero en caer es un zapato y luego mi daiquiri de brik y luego el brik entero y detrás de ellos mientras suena en la cabeza Spanish Bombs y todo da vueltas y es como esas mierdas de dibujos empastados que enseñan los psiquiatras una mancha de tinta explosiona explota hacia los lados del folio de la hoja en blanco que es la acera caliente por el cansancio y ooooh the guns of Brixton

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