martes, 10 de agosto de 2010

Con tu brillante luz


Derramaste tu brillante luz sobre mí y con ella renací a la vida. Me regalaste tu brillante luz y me sentí a mi mismo de nuevo, como un Faraón renacido de las tinieblas que arranca la vida del crepúsculo de su cámara piramidal. Fuiste la ayuda para encontrarme entre la oscuridad de mi corazón ennegrecido que avanzaba a tientas. Llenaste mis días, los llenaste de sol, repletos de vida con tu amistad. Contigo he aprendido, he crecido y la represa de mi ira se ha calmado, ya no es un torbellino, ya no desborda; ahora mi mar es un mar en calma, sosegados los nervios por tu toque mágico. Con tu brillante luz supiste aplacarme, rescatarme y presentarme, de nuevo, al mundo. Tu luz brillante descendió del cielo sobre mí como, ahora, volando, se marcha: de momento me has sumido en tu eclipse de luna.
Con tu brillante luz.

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