Si se desea ser escritor de éxito debe seguirse este Decálogo para ser escritor de éxito:
Punto Primero:
Sexo, mucho sexo: siempre sexo. El sexo entumece el cerebro, las extremidades y el ánimo: una situación ideal para generar textos entumecidos y desanimados, clave del éxito editorial.
Punto Segundo:
Beber, beber mucho: a ser posible Jack Daniel´s. Este whisky, por causa de su filtrado carbonoso deja un sabor especialmente aterciopelado en el paladar: al beberlo, se está en condiciones de escribir de forma carbonosa y aterciopelada, por tanto. Eso, sin contar con lo creativo de las borracheras y lo inquisitivo de las resacas.
Punto Tercero:
No se deberá atender, bajo ningún concepto, a los decálogos para ser un escritor de éxito. Y, ni mucho menos, a los decálogos literarios de Quiroga, Borges o Monterroso, ni a las peroratas literarias de Vargas Llosa o Cortázar: no harán sino confundir. Ser escritor de éxito jamás se consigue siguiendo y cumpliendo un decálogo.
Punto Cuarto:
Bajo ninguna circunstancia el escritor de éxito se unirá, ni se sentirá identificado con corrientes o tendencias untuosas, bocadillescas, untables, espesas como cremas de chocolate. Hará el ridículo, y el escritor de éxito ya hace el ridículo con sus escritos, es más que suficiente. De seguir estas tendencias de cremas de avellanas sólo conseguirá una cosa: dará pena.
Punto Quinto:
Sexo, mucho sexo: siempre sexo. El sexo aclara la mente y el ánimo, al menos lo suficiente como para ser capaces de destruir inteligentemente toda la obra redactada entre dos relaciones sexuales.
Punto Sexto:
Abstemio: el escritor de éxito debe ser abstemio: nada como permanecer sobrio para detectar las patéticas producciones literarias de los enemigos (el escritor de éxito siempre tiene y tendrá poderosos enemigos de plumín, moleskine y gafas de pasta), generalmente escritas bajo el negativo influjo del alcohol y el sexo (pero no siempre bajo el influjo del Jack Daniel´s, de ahí el motivo del fracaso rival).
Punto Séptimo:
Si no se tiene nada que decir (habitualmente el escritor de éxito nunca tiene nada que decir) se mencionará a Dante y a la Divina Comedia. Nunca, nadie, lo ha leído: quedarán en suspenso, impresionados. Y si entre los presentes alguien sí que leyó a Dante, lo habrá hecho tan mal y apelotonadamente, que no habrá entendido nada, indigestado, y por eso coincidirá con todos y cada uno de los puntos y comas: en cada punto y en cada coma.
Punto Octavo:
Celibato: el escritor de éxito debe practicar un celibato heroico: no tener sexo aclara la mente, robustece el espíritu y genera novelas plasticosas y vendibles como de un látex de preservativo.
Punto Noveno:
Se debe hacer caso de todos y cada uno de los decálogos literarios, en especial de este decálogo, y atender muy particularmente a los manifiestos de Quiroga, Borges, Monterroso, y con interés de entomólogo, a las recomendaciones literarias de Varga Llosa y Cortázar: sobre todo a estos dos últimos.
El saber literario exitoso se consigue siguiendo con la seguridad de un sonámbulo un decálogo.
sí, ahora me ha quedado mucho más claro. nunca seré una escritora de éxito. probablemente, ni una escritora a secas.
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