Seguro que tenéis heridas, magulladuras, dolores del pasado, desde luego. Pero yo no creo que os haya
provocado ninguna de ellas, o al menos de la magnitud de las que me
inflingisteis, y me consta que habéis avanzado en vuestras vidas sin esa carga:
quizás haya sido culpa mía el no poder maquillar mis costras hasta el
punto de convertirme en un frankestein de remiendos y de recuerdos
venenosos...
viernes, 27 de abril de 2012
Frankestein
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