Anoche, víctima del insomnio, ni el Orfidal ni el Johnny Walker Etiqueta Negra podían conciliar mis angustias. Probé con la poesía de Bukowski, y hallé una confesión terrorífica; porque yo, como él, también estoy aquí, los años desperdiciados y sin mi particular Florence Nightingale:
"Mientras el miedo a los años desperdiciados
ríe entre los dedos de mis pies
ninguna mujer vivirá conmigo,
no habrá Florence Nightingale que me
cuide".
Y ahora... ¿quién podrá dormirse después de esto, darse la vuelta, tranquilo en la cama, y pretender no soñar con ella?
ríe entre los dedos de mis pies
ninguna mujer vivirá conmigo,
no habrá Florence Nightingale que me
cuide".
Y ahora... ¿quién podrá dormirse después de esto, darse la vuelta, tranquilo en la cama, y pretender no soñar con ella?
Al final, el hombre, solo busca a la madre.
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