El maldito qwerty,
sangre de mis dedos,
introduce tu nombre
para buscarte en Internet.
La corona de espinas
de Google
me devuelve
cero resultados.
Podría intentar
una búsqueda
booleana.
Quizá arrastres
mi amor y tu odio
por el Facebook,
pero tampoco apareces.
Podría intentar
una búsqueda
booleana.
Recuerdo:
que todo este río es sólo arena.
No obtengo respuesta:
podría intentar
una búsqueda
booleana.
En mi desesperación:
quizás quiso decir,
pero yo no quería decir
sino lo que quería decir:
todo este río es sólo arena.
Y el buscador me insiste:
podría intentar
una búsqueda
boole
ana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario