viernes, 14 de octubre de 2011

Booleana


El maldito qwerty,

sangre de mis dedos,

introduce tu nombre

para buscarte en Internet.


La corona de espinas

de Google

me devuelve

cero resultados.


Podría intentar

una búsqueda

booleana.


Quizá arrastres

mi amor y tu odio

por el Facebook,

pero tampoco apareces.



Podría intentar

una búsqueda

booleana.


Recuerdo:

que todo este río es sólo arena.

No obtengo respuesta:

podría intentar

una búsqueda

booleana.



En mi desesperación:

quizás quiso decir,

pero yo no quería decir

sino lo que quería decir:

todo este río es sólo arena.


Y el buscador me insiste:

podría intentar

una búsqueda

boole

ana.

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