viernes, 12 de agosto de 2011

Clase magistral sobre la sinonimia


Estimados alumnos, ayer leí un poema de Maximiano Revilla:

He aquí el enlace al poema:

http://maximianadas.blogspot.com/2011/07/bobilongos-y-churrilunas.html

En la estrofa final hay colocadas dos palabras que son sinónimos y que, por tanto, dicen dos veces lo mismo:

Estrofa final:

“Hay circunstancias mientras paso, que no terminan de mear

nunca, ni de sentir el aire que renueva su nombre, ni de ver en los

cines, mientras se meten mano, como se representa la historia sin

firma de su abolengo, como nos hacen ser al cerrar la ventana,

josecarlos culpables”.

Evidentemente, el problema se encuentra en el último verso, en ese josecarlos culpables.

Porque es como decir dos veces culpables. Culpables culpables. O josecarlos josecarlos. Una repetición gratuita que no aporta nada. Aunque sea sinonimia, recurso poético, y no afee ni le reste méritos a la, por otro lado, agradable y colorista composición.

Ampliemos el estudio filológico:

La palabra josecarlos me atrevería a definirla como polisinonímica, es decir, que junto a culpables o culpable, significa lo mismo, pero también significa lo mismo junto a adjetivos como fracaso o fracasado, herido, dolorido o rechazado, apaleado, ahogado, asfixiado o aniquilado y, realmente lo pienso, esta polisinonimia alcanza el máximo de su exactitud si la unimos al adjetivo dolor porque, fundamentalmente, el poliadjetivopolisinonímico josecarlos significa dolor, o dolorido, también desesperación, en efecto, como alguno de ustedes me apunta acertadamente, pero,

POR ENCIMA DE TODO Y CON EXACTITUD:

dolor.

Esta es, y no otra, la grandeza de hacer filología con los textos… y, por cierto, estén atentos, que muy bien, lo que acabo de explicar podría caer en el examen.

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