Thomas Bernhard en su relato Midland
en Stilfs:
“Lo lógico sería, lo
consecuente sería, opinó Franz ayer por la noche, que todos nosotros, de la
noche a la mañana, nos largásemos, que nos matásemos, sin titubear, porque,
como opinaba Franz, la única consecuencia lógica posible para nosotros hoy no
es más que ésa, matarnos, la forma es indiferente, cuanto más rápida mejor,
pero somos demasiado débiles para ello, hablamos de ello y, con cuánta
frecuencia, hablamos de ello durante horas, durante días, durante semanas, pero
no nos matamos, lo pensamos, sin duda, sabemos lo absurdo de que vivamos aún,
de que existamos aún, pero no nos matamos, no seguimos el ejemplo de los que ya
se han matado, y cuántos de nuestra edad, y por qué ridículas razones, como
sabemos, se han matado ya, por las más ridículas razones, si se compara esas
razones con nuestras razones, no nos matamos y todos los días nos debatimos de
nuevo con todos los absurdos imaginables, pasamos el día con trabajos sin
sentido y con una absurda fragmentación de la memoria, nos atormentamos y nos
alimentamos y tenemos miedo y nada más, y precisamente eso es sin duda lo más
absurdo que hay en el mundo,, que nos atormentemos y alimentemos y tengamos
miedo, lo más repulsivo, pero no nos matamos, hablamos de ello, convertimos el
pensamiento del suicidio en nuestro único pensamiento, pero no cometemos el
suicidio”.
Del
volumen Relatos, página 57.
Traducción Miguel Sáenz.
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