No soy leyenda, lo sé: sé que soy carroña. Y tú no
eres zopilote, ni buitre: por eso no te alimentas de mí. Por eso rechazaste mi
carne agusanada cuando hedía. He sido para ti un banquete servido en los
barracones de Auschwitz, cornucopia vertida de larvas, pocilga repleta de
yogures caducados y patas y crestas de gallos eméticos. Mi boca: lodo de
llagas. Mis manos: cadáveres de palomas. Mi sexo: vara de pupas.
(pintura de Pablo Morata)
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