-Su literatura tiene personajes
entrañables...
-¡Cómo me alegra! ¿Le han gustado?
-¡No, que va, hombre, que va!
-Entonces... no comprendo...
-¡Son entrañables porque al leerlo a usted me dan
ganas de sacarle las tripas con un machete!
Reflexiones de una mente enferma sobre el mal de la escritura
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