Has dejado toda la ciudad, entera, con la aspereza de su asfalto y la
inhumanidad de esos semáforos, la has dejado para mi soledad. Una porción de
ladrillos amargos y un cubo de lágrimas con las que fraguar las zanjas. Has
dejado toda la ciudad a mi cargo, ese peso me quiebra el pecho con los crujidos
del aire acondicionado que ya no te refrigera, que ya no refresca nuestros
vasos y nuestra circulación sanguínea. Aquí arriba, en la terracilla, y los
edificios de la Gran Vía: al fondo puedo ver el Calderón. La terracilla de
nuestros momentos sobre-bajo. Sobre la terracilla, abrazados y derramada la
manta y bajo el cielo de enero esperando a que el frío nos traspasara los
huesos y la estación espacial internacional. El rugido de la refrigeración es
como un guitarreo de Mick Jones y ya sabes: Clash,
Clash City Rockers!!! Entonces, me mirabas a los ojos y me tarareabas un
poquito de Spanish Bombs… In Andalucía,
Federico Lorca is dead and gone y eso de yo te quiero infinito yo te quiero
mi corazón y eso de los blacks cars of the
Guardia Civil, ahora son dos sonidos los que confluyen en mi cabeza, el
refrigerador ejecutando su solo de guitarra como en I´m not down, pero yo si estoy down
como la Woman del Callao que tiene mucho down y el otro sonido es tu
susurro y es tu voz en mi cabeza que me tararea Spanish Bombs y eso de yo te
quiero infinito que sonaba mejor diluido en tus labios que en la garganta
herida de alcohol de Joe Strummer y si, ya sé que se nos murió el Strummer
igual que se nos murió Joey Ramone o se nos murió Dee Dee y ahora tú añadirías
y se nos murió Updike y Salinger, siempre mencionando a esos escritores de la
mierda y los tejadillos a mi alrededor de una ciudad que me has regalado en
toda la monumentalidad de su desidia, en la enorme monstruosidad de tu ausencia
y al ritmo de Guns of Brixton y del
bajo de Paul Simonon bum bum bum bum bum bum bum doy pasitos con el daiquiri de
brik en la mano y trato de componer una figura sofisticada como esa poeta que
tanto te gustaba y que se atiborró a daiquiris antes de gasearse (era Anne
Sexton, corazón, me reprocharías mientras yo aumentaba odiándote a ti y a tus
libros), bueno pues como esa tía yo ahora intento componer un gesto sofisticado
mientras al ritmo del bajo de Guns of
Brixton me acerco a pasitos a la gárgola estúpida e hija de puta de la
esquina, su cemento cuarteado por el sol y abajo el asfalto derretido por los
centígrados como enormes gotillones de una mierda negra que me rezumara del
corazón, yo que soy tu corazón, y lo primero en caer es un zapato y luego mi daiquiri
de brik y luego el brik entero y detrás de ellos mientras suena en la cabeza Spanish Bombs y todo da vueltas y es
como esas mierdas de dibujos empastados que enseñan los psiquiatras una mancha
de tinta explosiona explota hacia los lados del folio de la hoja en blanco que
es la acera caliente por el cansancio y ooooh
the guns of Brixton
domingo, 17 de junio de 2012
The Guns of Brixton
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