viernes, 29 de junio de 2012

La verdadera magnitud de la herida


yo soy el dueño de esta herida

cuando esta mañana la sangre manchó las aceras los bordes de la herida me recordaron que tan sólo soy un minotauro devuelto no ya a su laberinto sino desterrado a un corral donde desparrama allí su cabeza de moco y rabia sobre montones de estiércol y acomoda la joroba en el lodo

yo soy el dueño de esta herida

cuando esta mañana me quebré con los afilados bordillos de las aceras en un intento de conseguir la dureza de los adoquines y mi corazón siguió con la blandura de los regalices yo volví a ser el eugene tooms que se alimenta de hígados para retornar a mi guarida de bilis y vómitos y no reaparecer de esa oscuridad amarilla ya jamás

yo soy el dueño de esta herida

cuando creía que el cauterio durante unos meses había cicatrizado ambas orillas de eldorado de mi dolor me he revuelto en los daños para comprender que sus lados son inalcanzables y que ni todos los orellana que enviara para segar con la espada la fuente en donde brota esta pesadilla serían suficientes en una travesía de tanta desesperación

yo soy el dueño de esta herida

se trata de introducir los dedos en la herida y descosturarla y ensancharla por los lados tanto que ya no me pueda contemplar frente al espejo sin ver cómo me surca esa herida por completo hasta ser yo toda esa herida y saber que

como yo soy el dueño de esta herida

conozco la verdadera magnitud de esta herida

que bulle en los pulmones y en el pecho y en el corazón que se fraguó con las estúpidas esperanzas de creer merecerme lo que no me merezco y por construir un monumento de merengue con la intención tan decidida de no volver a ser eugene tooms ni un minotauro y ahora sajada la realidad sobre las aceras de la mañana descubro que nunca he dejado de ser ellos que no tengo derecho a nada que no merezco ya nada y que mi único derecho es ser como ellos un monstruo que repugno

yo soy el dueño de la herida

y como conozco la verdadera magnitud de la herida

sé que esta herida de soledad y acuarelas de inmensidades urbanas a lo hopper puede extirparse para siempre con sangre

(cuadro de Hopper)

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