Hoy es el Día E, el día del español en el mundo: palabras, palabras,
palabras en español que se encarnaron en mi vida hasta hacerla espinas. Frases
y frases en esa lengua que jamás se pronunciaron, esas palabras que tanto bien
podían haberme proporcionado: palabras/bálsamo, palabras/flotador,
palabras/vida que sin embargo fueron palabras/mortaja y palabras/ataúd.
He aspirado, imbécil, a escribir en español, a expresarme y a expresar
mis sentimientos en español: que idiota fui. Nunca tuve una musa inspiradora,
nunca, nadie, apareció más allá de las paginas, a caballo de las palabras,
sonriendo desde un acróstico, agradecida por una dedicatoria, emboscada tras la
eme, amparada bajo una pe, disfrutando del efecto beneficioso de mis palabras
por ella y lanzándome una caricia que me hiciera fuerte en el camino.
Son miles de páginas las que he escrito: y son miles de páginas en
blanco, porque en el fondo de la corriente de palabras se encuentra una marea
muerta que carece de significado. Encuadernaré folios y folios sin sentido y en
español, un idioma que tan escasamente alcanza a reproducir mi desesperación.
Son palabras/cemento las que se me fraguan en el pecho y me arrastran
a la superficie del cansancio, cuando quisiera moverme planeando por los fondos
del idioma: son palabras que forman frases de dolor como costras levantadas y
heriditas en la piel, millones de heriditas en la piel que acaban por
desangrarme: son frases/puertas al dolor: no hay mensajes en la bandeja de
entrada, se cerró sesión, parece estar desconectado, aparece como ausente, no
tiene mensajes, no tiene mensajes, no tiene mensajes…
Porque es un idioma que en esas bocas podría haberme convocado, y no quisieron
hacerlo. Porque es un idioma que posee multitud de palabras hermosas que jamás
se destinaron para mí, que jamás se pronunciaron en mi presencia, que se
regalaron, alegremente, a los oídos de otros, por todo eso, por el poco
esfuerzo que cuesta hacerlo en español y por lo imposible que me ha resultado,
por todo ello:
Yo maldigo este día.
Pero sobre todo maldigo este idioma que me ha traído el dolor y la
desesperación.
Sí:
Yo te maldigo.
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