viernes, 16 de marzo de 2018

El imparable deseo de ser Tom Petty


*Esta reseña apareció en Mi Nueva Edad:


Intérprete: Tom Petty & the Heartbreakers
Título: Greatest Hits
 Discográfica: MCA/Geffen
Género: Rock
Duración: 65 m; 17 s.
Número canciones: 19
Fecha de publicación: 1993.

El imparable deseo de ser Tom Petty

El 2 de octubre del año pasado, de una forma completamente sorpresiva, fallecía Tom Petty a los 66 años, uno de los mitos del rock. El motivo, un infarto producto de la fuerte medicación con la que trataba de paliar los dolores de una cadera rota con la que había estado de gira por Estados Unidos; 53 conciertos para celebrar el 40 aniversario de su banda, los Heartbreakers. Un cóctel de siete medicamentos para seguir en pie, entre los que estaban el fentanilo, el Xanax, la oxicodona, junto a otros somníferos y antidepresivos, que dictaron el triste veredicto forense de “muerte por sobredosis accidental”, y el músico ingresó, por derecho propio, en los altares del rock. Hasta aquí su vida.
Ahora su música: Se puede bucear en su discografía, tan extensa como talentosa, a la búsqueda de ese disco que lo define como guitarrista inspirado y grandísimo compositor de canciones con raíces en el folk y en el country, todo ello junto a su tono característico de voz y a los estribillos pegadizos. En esa investigación gozosa destacan álbumes como Damn The Torpedoes (1979), Long After Dark (1982), Full Moon Fever (1989) Into TheGreat Wide Open (1991) o Mojo (2010).
Sin embargo, en esta ocasión es muy recomendable el Greatest Hits del año 1993, porque es un disco completo que se ha convertido ya en un clásico. No puede resultar mejor la selección de temas: un recorrido por lo más granado de sus ocho discos más emblemáticos, además de un par de canciones inéditas notables, en especial Mary Jane´s Last Dance.
Así, el poco avezado en Tom Petty, o también el experto, pueden tener a mano y en un solo disco desde sus inmortales éxitos primerizos —aquella emocionante American Girl, casi un himno generacional, junto a BreakdownListen to Her Heart o la pegadiza Don´t Do It Like That—, pasado por los temas inmortales —The WaitingEven The Losers— y llegando a los súper éxitos —I Won´t Back DownLearning To Fly y, como no, Free Falling—.
Además, el disco permite dar un repaso al elenco de superestrellas que en una u otra ocasión han colaborado con Tom Petty: Jeff Lyne, el líder de la Electric Light Orchestra, George Harrison, el batería Jim Keltner o la otra parte del dúo Eurythmics, el guitarrista David Stewart.
Estos Greatest Hits abarcan y resumen toda una época de rock americano, de rock del bueno, de rock con sentimiento, de amor por los riffs de guitarra, toda una declaración eléctrica y amplificada de lo que debe ser la música directa y sin complejidades, esa que hunde sus raíces en la música más tradicional, en el blues, en el jambalaya y en la Creedence Clearwater Revivial de los hermanos Fogerty, pero que también toma elementos prestados de los Eagles, Bob Dylan, Fleetwood Mac o Johnny Cash.
Esta es la herencia musical de la que se alimentó Tom Petty, un músico excepcional, con una sensibilidad especial a la hora de componer canciones, y esta es una parte de la herencia musical que nos deja con su desaparición, demasiado temprana y en plena madurez creativa.
Este legado se resume muy bien en este disco de Greatest Hits. Cuando lo escuchamos se nos mueven las piernas al ritmo del rock, y si vamos en coche no podemos evitar la necesidad de bajar las ventanillas y corear a pleno pulmón ese Free Falling ya inmortal que parece resucitarnos. Esta es la verdadera aportación de Tom Petty a la historia de la música: el imparable deseo que tenemos de formar parte de sus canciones cuando las escuchamos.

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