*Esta entrevista se publicó en achtungmag.com:
http://www.achtungmag.com/al-final-disco-libro-una-conversacion-lo-comunicacion/
Nuestra
Galería de Cronopios recibe a Álvaro Espinosa. Es la guitarra, la voz y el
líder del grupo Pink Tones, y hablamos con él un dia antes del último concierto
del grupo en Madrid, con el que cierran la gira de 2017, esa que lleva por
título The Return Of The Son Of Nothing
Tour. Pink Tones son una de las mejores bandas, de entre las muchas que
existen, dedicadas a interpretar canciones de los legendarios Pink Floyd, por
no decir que, acaso, sean los mejores. Además de charlar sobre la actividad de
Pink Tones, también atenderemos a la carrera en solitario de Álvaro Espinosa en
un proyecto paralelo que tiene por nombre The Sleeping Philosophers, y que
acaba de presentar nuevo disco: Zenda.
Puedes
encontrar la crónica que hicimos en Achtung! del concierto de Pink Tones en este enlace:
También,
una reseña del disco Zenda, de The Sleeping
Philosophers, que realicé para el sitio web Mi Nueva Edad, en donde fue el disco del mes de noviembre:
Y,
como no, un minucioso análisis de Zenda llevado acabo aquí, en Achtung!:
Revista
Achtung!: ¿Por qué la guitarra y por qué la
guitarra de Pink Floyd?
Álvaro Espinosa:
Estas cosas vienen de niño. Ya con tres años, mi padre me ponía un montón de
música. Estaba hipnotizado durante horas mirando el tocadiscos. Mucho antes de
tener cualquier contacto con un instrumento, mi padre ya me ponía a los Beatles, a Pink Floyd y, sobre todo, a Adriano
Cellentano. Toda esta música forma parte de los recuerdos de mi infancia y,
en concreto, en el caso de Pink Floyd,
la intro de Shine On You Crazy Diamond me fascinaba porque era un sonido
alucinante. Sin embargo, que me decidiera por la guitarra fue algo posterior.
Creo que, de verdad, el momento en el que elegí que quería tocar la guitarra
fue cuando escuche la intro de Money For Nothing de Dire Straits. Era pequeño, y cuando escuchas
una cosa así te llega de una forma tremenda, y ahí es donde lo decidí. Así que
a la guitarra llegué por Knopfler,
pero a la música lo hice con Cellentano, Beatles y Pink Floyd.
Revista
Achtung!:
¿Después de un tiempo tocando canciones de Pink Floyd cómo se afronta el
momento de tener algo propio que decir musicalmente hablando? ¿Tomar distancia
con Pink Floyd es una obligación o una necesidad?
Álvaro Espinosa: Bueno,
es algo natural. Yo no soy Pink Floyd,
y no quiero serlo. Toco música de Pink
Floyd, pero ya está. Y me parecería muy poco creativo, además, hacer algo
que ya ha hecho otra persona. Por eso mi música va totalmente en otra
dirección. Grupos como Pink Floyd,
lo que sí que te inspiran, es a seguir tu propio camino, tal y como hicieron
ellos, que compusieron una música muy diferente al resto.
Revista
Achtung!:
Siempre he entendido la literatura como una conversación de unos autores con
otros, de unos libros con otros. Creo que The Sleeping Philosophers aglutinan influencias
de la misma forma, entablan una conversación con los grandes del rock, ¿con
quienes conversan y por qué?
Álvaro Espinosa:
Pues sí, todo se te queda en el subconsciente, y todo lo reciclas. Soy muy fan
de Queen, y la forma en que aparece Queen en mis canciones es, sobre todo,
con el estilo cabaret de Freddy Mercury;
esas canciones que tienen Queen al
estilo de jazz, algo que me enlaza con la música de Nueva Orleans de los años 20 y ese jazz muy, muy antiguo, que es el
que me gusta.
Revista
Achtung!:
En el disco Zenda, de The Sleeping
Philosophers, inspeccionas estilos de diferentes músicas del mundo, como por
ejemplo, influencias árabes o balcánicas.
Álvaro Espinosa:
Hay una influencia balcánica muy clara. Y música árabe, por supuesto. Estas
mezclas son el sello de The Sleeping Philosophers.
En otros discos he hecho guiños al Este,
pero es que en este disco me he ido totalmente al Este. No es que yo haya escuchado mucha música balcánica, pero en
los últimos tres años sí que he asistido a algunos conciertos de este estilo.
Realmente, todo esto viene de que yo soy muy fan, pero muchísimo, de Sisters Of A Down. Esta es una de las
grandes influencias, sin las guitarras heavies, es cierto, pero su espíritu
está detrás del disco. Las raíces de las canciones de Sisters of A Down son armenias, porque aunque ellos son
californianos, son de ascendientes armenios. Y a mí me llama mucho la atención
este espíritu de la música del Este.
Revista
Achtung!:
Volviendo a Pink Tones, ¿te resulta sorprendente que un grupo que interpreta
canciones de otro grupo aglutine tantos seguidores y tan fieles?
Álvaro Espinosa: Pues
sí. Es algo curioso, sobre todo porque yo tengo esa disociación entre que yo
hago mi música y que a la vez soy la cara visible, por decirlo de alguna forma,
de Pink Tones. Me siento muy
contento, porque es una forma de mantener viva esa tipo de música, la música de
Pink Floyd. Y modestamente, creo que
nosotros le aportamos un granito de nuestra personalidad, que siempre
enriquece. Luego te podrá gustar más o menos, pero ese matiz es importante. Lo
que pasa es que a la música original no se le da la misma oportunidad, por lo
que tengo aquí un pequeño conflicto. Y no se le da una oportunidad a la música
nueva porque yo creo que hay demasiada producción y al final solo sale a la
luz, al mercado, lo que se paga.
Revista
Achtung!:
¿Es España uno de los peores países para que destaque el talento en algo
creativo o, simplemente, esto es algo inherente a la crisis de valores del
humanismo y es igual en todos los sitios? ¿El arte y la cultura han dejado de
importar? ¿Lo crees así?
Alvaro Espinosa: No
me atrevo a hablar de otros países porque no los conozco tan a fondo. La cosa
está bastante mal aquí. Y es posible que en otros sitios si no es igual, será
parecido. Es un problema de lo que llega a la masa; cuando dicen que ya no se
hace música como se hacía antes no es verdad. Se está haciendo un montón de
música increíble. Lo que ocurre es que esa música no llega a ningún lado. Mira,
tengo amigos, conozco grupos, he visto conciertos en los que sólo estábamos
diez personas y que eran increíbles. Luego veo documentales y conciertos de
músicos de otros países y los de aquí se los comen con patatas. Con lo cual, es
más un problema de cómo está hecho el mundo ahora, y eso no solo ocurre con la
música, ocurre con todo. Cada uno trabaja para su personaje y su interés, la red social es su pequeño escenario, y
hay ya tanto que es muy complicado llegar a las masas. Hace muchos años, cuando
solo existía un canal de televisión, si salías ahí te conocía todo el mundo,
pero ahora está todo ultra fragmentado.
Incluso apareciendo en algún gran medio como un periódico, llegas muy poquito,
e incluso para llegar tan poquito, tiene que ser pagando. Es la única forma, con lo que todo lo que oyes ya no es lo
bueno, sino lo que se ha pagado.
Revista
Achtung!:
Entonces, ¿con este panorama se puede ser un músico profesional en España? Y si
eso es imposible…, ¿de qué puede vivir un músico profesional?
Álvaro Espinosa: Pues
un músico profesional debería vivir de hacer música. Yo conozco alguno, un
amigo mío toca en la banda de Buenafuente,
y supongo que los que acompañan en las giras a David Bisbal también viven de la música… Lo que ocurre es que en España ya no existen músicos
profesionales. Estos ejemplos que te menciono son la excepción a la regla. Así
que necesitamos tener otro trabajo que nada tiene que ver con la música, como
en mi caso. Y me siento afortunado porque tengo un trabajo que no interfiere en
mi vida artística.
Revista
Achtung!:
¿Qué espinita tienes clavada, musicalmente hablando?
Álvaro Espinosa:
Cuando haces una canción es como si tienes un hijo. Que no tenga éxito, o no
sea conocida, en realidad no te da rabia
por ti, sino por ella, por la canción, que ves que nadie le hace ni caso. Así
que no es por ningún afán de gloria ni nada parecido, es porque te da pena que
eso que tú crees que está bien y merece la pena, y sabes que hay gente a la que
le gustaría, no les va a llegar nunca.
Revista
Achtung!:
Tanto con Pink Tones como con Sleeping Philosophers, ¿es el show business uno de los grandes
enemigos de estos dos conceptos musicales?
Álvaro Espinosa: Yo
creo que, como te decía antes, es más bien como está montado todo ahora. El show business… ¿Qué es el show business ahora? Yo creo que ese show business del que hablas ya solo
existe a otro nivel, y no tiene nada que ver con lo que había en los años 70, 80
o 90. La democratización actual de
la música ha traído cosas buenas, una gran cantidad de propuestas, pero tiene
algo muy malo: todas estas propuestas no se oyen. No llegan. Antes, el filtro era la industria musical en sí. Por supuesto, no era algo perfecto, ni
mucho menos, pero al menos había una gente que filtraba. Obviamente muchas
cosas comerciales pasaron ese filtro y otras buenas se quedaron ahí, ¿pero
ahora cómo vas a seleccionar entre los trescientos
trillones de discos que hay? A mí me pasa. Me pongo en Spotify y me pregunto: ¿qué escucho? Y los pocos filtros que hay,
las entrevistas, las revistas, o las recomendaciones en la radio…, pues la
verdad, me parecen muy malas, y veo colegas míos muy buenos que han terminado
por tirar la toalla. Y son gente que es buenísima. Son geniales haciendo
música, pero no vendiéndose. Y ahora te llega el que mejor se vende, no quienes
mejor música saben hacer. Una noticia de música en los medios no es una
noticia: es propaganda.
Revista
Achtung!:
¿El que ahora se esté experimentado un boom de bandas tributo, Queen, Genesis,
Springsteen, Camel, Dire Straits, es un indicativo de la mala salud de la
música actual y de que cualquier tiempo o grupo pasado fue mejor? ¿O de que este tipo de música ya no se hace
ahora y sí existe un tipo de público que la demanda?
Álvaro Espinosa: No,
no lo creo. Simplemente, ese tipo de bandas tributo están ahí porque, Dire Straits, Queen o Genesis,
llegaron a la gente en su momento. No se trata de la música que hicieron, o no
solamente eso, sino que esos grupos adquirieron un significado una vez que
empezaron a formar parte de la conciencia
colectiva de la gente. Así, las canciones crecen. Esas canciones son
importantes porque las hizo grandes la gente, aparte de que sean buenísimas. La
gente las ha llevado hasta otro lugar. Y con lo que se hace ahora es muy
difícil que eso ocurra. Entre que no encontramos, o yo personalmente no
encuentro nada, porque es imposible encontrar nada que destaque entre todo este
maremágnum que hay, y que las canciones actuales ya no tienen el peso que
tendrían si estuvieran en la conciencia de la gente, pues me tiro a lo antiguo.
Es lógico.
Revista
Achtung!:
¿A la hora de hacer temas de Pink Floyd que ha pesado más, la admiración por la
banda o el desafío técnico que os obliga a demostrar y demostraros que sois
unos grandes músicos?
Álvaro Espinosa: No
nos lo planteamos así. Lo hacemos por el puro
placer de hacerlo. Al principio, puede que fuera un desafío técnico, pero
ahora ya no. Hemos capturado el espíritu.
Cuando se junta un grupo de músicos se establece una comunicación, una química,
y una vez que se consigue el grupo ya suena. Y sea un tributo o un no tributo,
eso da igual, hay que conseguir un balance.
Revista
Achtung!:
¿Qué miedos te asaltan antes de salir a un concierto?
Álvaro Espinosa: Ninguno.
Y te diré el motivo: porque se trata de un tributo, y yo voy con la armadura de
Pink Floyd. No soy yo. Soy un músico
tocando una música que sé que os va a encantar y yo no tengo ninguna responsabilidad.
Otra cosa sería el salir a tocar mis canciones, entonces sí que estaría
preocupado. Me gustaría poder interpretar en directo la música de The Sleeping Philosophers, pero eso de
momento no es posible, tendría que formar una banda, eso lo primero; es algo
tan pequeño y desconocido que no tengo mucho que ofrecer a los músicos, salvo
dinero, y no soy millonario… Además, no son canciones sencillas de esas que te
vas al estribillo y tiras adelante, tiene una complejidad. Y el trabajo de
voces… En fin, no es sencillo.
Revista
Achtung!:
Háblame un poco de aquella interpretación maravillosa en el anfiteatro romano
de Segóbriga. Durante el video, que he podido ver en Youtube, se desprende un ambiente realmente mágico.
Álvaro Espinosa: Es
de lo que más orgullosos estamos. Salió muy bien. Además, fue nuestra
oportunidad de poder aportar algo al universo Pink Floyd que va más allá de mero tributo. Intentamos llevar a
otro sitio la idea de ellos del concierto en Pompeya. Por ejemplo, no hicimos Echoes, buscábamos algo diferente, Estoy muy satisfecho de lo que
hicimos. Y en efecto, eso que dices de la magia, yo también lo veo.
Revista
Achtung!:
¿Qué legado han dejado estas bandas del pasado como Pink Floyd, Yes, Genesis o
King Crimson? Yo creo que han marcado un hito en la forma de componer o en la
interpretación y ejecución de algunos instrumentos, pero eso solo lo veo desde
mi óptica de crítico musical. ¿Qué opinas como músico? ¿Toda esta música se
acabará perdiendo?
Álvaro Espinosa: Nada
es para siempre, eso seguro. Este tipo de grupos no van a volver. No volverán a
haber otros Beatles ni otros Pink Floyd, pero no me refiero a ellos
específicamente, sino a ese tipo de fenómenos. Ese tipo de fenómenos se ha
acabado y por eso se han quedado como algo legendario. Y cada vez más, porque
de hecho, los Beatles son cada vez
más grandes.
Revista
Achtung!:
En la literatura, algunas novelas requieren de un lector atento o inteligente, y otras pueden ser leídas
por un lector más pasivo, por
llamarlo de alguna forma. ¿En la música crees que es igual, hay unos grupos que
necesitan de un espectador atento, o
al menos más atento que otros?
Álvaro Espinosa:
King Crimson tenían una espina
clavada en cuanto a que no triunfaron como Pink
Floyd en lo referente a celebridad. Dejando aparte las etiquetas de si un
grupo es progresivo o el otro es sinfónico, porque yo no creo en las etiquetas,
King Crimson son un grupazo
increíble, pero no toda la música es para todo el mundo, y la música de King Crimson es más difícil que la de Pink Floyd. Pink Floyd es un grupo basado en el blues, son blues, y los músicos
de Pink Floyd muy buenos músicos,
pero técnicamente no eran como King
Crimson y, precisamente por eso, no son para todo el mundo. Esto no hace
mejores a unos o a otros, simplemente son diferentes formas de expresarse
musicalmente hablando. King Crimson
requieren una atención, y esa es una de las claves. Y por supuesto, la
necesidad de un espectador atento es muy necesaria para cierto tipo de músicas,
por ejemplo la de The Sleeping Philosophers.
Los cambios, las sorpresas que contiene el disco Zenda: debes permanecer
atento y no te va a llegar igual si la mantienes como música de fondo…
Revista
Achtung!:
¿Sabes que al concebir un tipo de música así estás eliminando a un montón de
oyentes?
Álvaro Espinosa: En
los 70, eliminaría a muchos menos, pero ahora, tal y como es nuestra sociedad,
donde prima todo lo inmediato, en un
momento y en un segundo, la gente escucha la música mientras hace mil cosas a
la vez… En efecto, con un planteamiento así te quitas a casi todo el mundo como
oyente…
Revista
Achtung!:
Ya que hemos hablado de King Crimson, en el último concierto que dieron en
Madrid insistieron en que el público, además de tener absolutamente prohibidos
los móviles, debía guardar silencio durante la interpretación de las canciones.
Vosotros, en determinados momentos, también pedís silencio en el público.
Álvaro Espinosa:
Es horrible ver a la gente con los móviles. Yo les mando guardar silencio
cuando tocamos Echoes, por ejemplo.
Si fuera de King Crimson, o de los
propios Pink Floyd, les diría: ¡móviles
fuera! Ves a la gente que está, pero no está, permanecen más atentos a sus
teléfonos, Si pudiéramos hacerlo así, disfrutaríamos todos muchísimo más.
Revista
Achtung!:
Hablando de otros grupos, en Zenda
hay una versión de Soundgarden, en concreto Mind
Riot. ¿Puedes hablarme de algunos grupos o músicos que no pertenezcan a la
familia sinfónica o progresiva y que, como Soundgarden, crees que merecen una
versión, un reconocimiento, un tributo, o que, simplemente, te gustan?
Álvaro Espinosa: Yo
fui adolescente, y me pilló de lleno la etapa del grunge, Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam, entonces me alucinaban y ahora me siguen alucinando. En
esos años se hizo una música increíble. Hay pocos genios como el que habitaba
en Nirvana. Soundgarden es un grupo que siempre me han gustado un montón, pero
que lo empezado a apreciar mucho más ahora. Antes era sólo de los discos Badmotorfinger
y Superunknown, y ahora Down On The Upside me
parece un discazo. Así, que andaba muy metido en Soundgarden cuando estaba con el disco Zenda, y un poco por casualidad salió la versión de Mind Riot. Entonces, llegó la noticia de
la muerte de Chris Cornell, y cuando
andas tan metido en la música de alguien y te enteras de que se ha suicidado es
un palo.
Revista
Achtung!:
Y ya que hablamos de guitarristas talentosos, en cuanto a guitarristas, y aparte
de Mark Knopfler y David Gilmour, ¿cuáles son tus preferidos? ¿Por qué?
Álvaro Espinosa: Mark Knopfler
fue el que me hizo entrar en la guitarra cuando tenía 14 años. Sin embargo, David Gilmour me ha marcado más en la
forma de tocar. De Knopfler, en The Sleeping Philosophers, hay más bien
poco, y la influencia de Gilmour,
más que una influencia en posibles frases o en la forma de tocar, en este caso
es más bien de espíritu; se trata de un espíritu general de cómo afrontar las
canciones, no de hacerlas con mil notas, sino creando algo que de verdad te
llegue. Luego, hay muchas más influencias muy obvias en mi forma de tocar, como
por ejemplo Wilko, aunque nunca
aparecen en las reseñas críticas y eso que a mí me parece muy clara. El
guitarrista de Wilko, Nels Cline, es increíble, me ha
influido un montón en mi forma de tocar. Igual que George Harrison y Paul
McCartney. El solo de Taxman de McCartney, por ejemplo, cuando toco la
guitarra lo oigo por todos los lados. Obviamente, no puedo hacer lo que ya hizo
Gilmour, eso ya está hecho y muy
bien hecho, así que tengo que ir por otro lado. Yo busco mi camino.
Revista
Achtung!:
He leído en una entrevista de 2015 que no conocíais a ningún integrante de Pink
Floyd. ¿Eso se ha solucionado?
Álvaro Espinosa: Pues
lo más cerca que hemos estado de ellos es que Nick Mason vio lo de Segóbriga
y lo compartió, y dijo que le parecía increíble, pero hasta ahí…
Revista
Achtung!:
¿Y llegaste ver a Pink Floyd en directo?
Álvaro Espinosa: A
Gilmour sí, lo he visto dos veces,
pero a Pink Floyd nunca llegué a
verlos en directo. De todas formas, a mí me hubiera gustado ver a los Pink Floyd de los 70, no tanto a los Pink Floyd de Gilmour. Los Pink Floyd
de los 70 no solo porque estaba Roger
Waters, sino porque el tipo de concierto del Pulse, tras la marcha de
Waters, no es lo que más me llega. De hecho, eso se nota en los Pink Tones. Nosotros no tiramos a eso.
A Waters lo vi haciendo The
Wall, un súper espectáculo. A nivel musical me gusta más el concierto
de Gilmour, pero como espectáculo
tengo que elegir a Waters.
Revista
Achtung!:
Pero mójate, ¿Gilmour o Waters?
Álvaro Espinosa:
Pues posiblemente, artísticamente hablando, Waters ha hecho mejores cosas. Sin embargo, no me pongo un disco
entero de Roger Waters. Waters tiene ese toque genial que no
creo que tenga Gilmour, te hablo de
un toque genialísimo, pero se trata de un balance al hablar de Pink Floyd. Un balance entre las
composiciones de Waters y los
músicos increíbles que eran Gilmour
y Wright, que sabían darle forma a
esas grandes ideas de Waters.
Revista
Achtung!:
¿Qué opinión te merece ese último disco extraño, de outtakes, The Endless River?
Álvaro Espinosa: Pues
sinceramente, y con todo el respeto por las personas a las que le guste, me
parece una jugada comercial, y estoy seguro de que ellos lo saben. Entiendo que
le guste a mucha gente, y eso está bien, pero desde luego que no es su mejor
disco, no es el Wish You Where Here, y eso que recoge los sobrantes de ese
mismo disco. Desde luego, yo nunca lo hubiera sacado, no habría puesto el
nombre de Pink Floyd ahí, la verdad
es que no me gustó que hicieran eso.
Revista
Achtung: ¿Qué canción de Pink Floyd que no
habéis hecho todavía estáis deseando hacer?
Álvaro Espinosa: Pues
hay muchas, la verdad, pero seguro que haremos Careful With That Axe, Eugene. No la hemos hecho todavía por un
problema técnico: yo tengo que tocar la guitarra y a la vez cantar lo que estoy
tocando. Y otra persona tiene que hacer el grito ese, aspirado, que hacía Roger Waters. A mí me puede salir, pero
estoy a otras cosas en la canción. Nuestro anterior bajista, Cefe Fernandez, no podía hacer eso,
quizás ahora con el nuevo, Edu Jerez,
lo intentaremos. De todas formas, es una canción que hay que hacer con mucho
cuidado, porque hay gente que fuera de Another
Brick In The Wall, o de las canciones de El Muro, se van a poner a
hablar. Eso ya nos pasa ahora con Set The
Controls For The Heart Of The Sun. Son canciones muy buenas, pero si la
gente se pone a hablar… Si tocas en un teatro puedes pedir más silencio, pero
si tocas en una sala… Hay que entender que un concierto no lo hacen solo los
músicos, se hace entre todos, y si la gente está hablando se arruina el ambiente.
Es como una especie de comunión de personas: Cuando salió The Wall fue por la
frustración de Waters al haberse
convertido en un grupo tan grande, cuando los conciertos de los años 70 de Pink Floyd eran como una misa, todo el
mundo en silencio: eso contribuye a la música tanto como los propios músicos en
sí. Pero no solo se trata de este tipo de música, sino todas, todas las músicas
deben ser escuchadas con respeto. La empatía entre las personas es muy
importante, y tiene que haber una empatía entre músicos y el público.
Revista
Achtung!:
Entonces, volvemos al tema de que el público debería guardar silencio…
Álvaro Espinosa: Afortunadamente,
la mayoría parte del rato la música está lo suficientemente alta en el
escenario como para que nosotros nos podamos meter en nuestra burbuja. Pero
claro, Pink Floyd tiene momentos,
como la intro de Echoes, una de las partes más delicadas de nuestro concierto, en
donde te da un bajón si oyes a la gente hablar. Ellos han pagado una entrada y
tú les debes el que lo estés dando todo y que, de verdad, lo estés sintiendo,
con lo que te ves obligado a hacer un esfuerzo para desconectarte de eso.
Puedes pedir silencio hasta cierto punto, claro. No te puedes poner en plan
divo a exigir que se callen porque no soy Roger
Waters. Aunque estoy sobre el escenario, sólo hago la música de Roger Waters. Una cosa es la música que
hace el personaje y otra muy diferente el personaje, que trasciende. Y no soy
el personaje. En esto he pensado mucho, porque yo le debo cierto respeto a la
gente que quiere escuchar y ha pagado la entrada. Quizás por esa gente debería
ponerme más en plan duro y exigir silencio. Van Morrison llega a un punto en que si quiere se marcha del
escenario, o Robert Fripp, que si ve
a alguien fumando, se acabó el concierto. Esto es algo que sólo pueden hacer
ellos. Es una cuestión del peso que tienen como leyendas que son.
Revista
Achtung!:
¿Por qué grupo, quitando a Pink Floyd, en
activo o no, comprarías entradas al precio que fuera, correrías a guardar cola,
y te pondrías en primera fila?
Álvaro Espinosa: A
los Beatles, obviamente, pero eso ya
es imposible… ¿De ahora? Pues no sé, porque en los conciertos en los que más he
disfrutado y en los que más he alucinado, son conciertos pequeños, de bandas
desconocidas, pero no por eso menos buenas. He llevado a gente a ver amigos
míos y me han confesado que era lo mejor que habían visto en su vida. Ese es el
tipo de música que me gusta. ¿Grupos grandes? Bueno, a Wilko me encanta verlos en directo, y hay otros, claro que los hay,
pero no me iría a ver algo como U2,
la verdad, prefiero otras cosas.
Revista
Achtung!:
¿Hay algún grupo actual que se perfile como heredero de Pink Floyd, o Pink
Floyd no tiene herederos?
Álvaro Espinosa: Hay
que plantearse cuál es el legado de Pink
Floyd. ¿Qué hicieron ellos? Ellos hicieron algo único y no creo que pudiera
haber un grupo que continuara el mismo estilo. Yo creo que el legado sería
hacer algo único, y hacer algo único, entonces, no tendría nada que ver con Pink Floyd.
Revista
Achtung!:
¿Cuál es el futuro y el rumbo que van a tomar Pink Tones? ¿Qué podemos esperar?
Álvaro Espinosa: Pues
no lo sé, la verdad. Llevamos ya unos cuantos años, y la cosa se ha estancado
un poco, porque queremos salir al extranjero. A raíz de lo de Segóbriga hubo mucha gente que nos ha
conoció internacionalmente, y desde entonces quieren que vayamos a Portugal, o a México, pero para eso hace falta dinero, y somos muchos en el
grupo, además. Hay que intentar que suceda, necesitamos que alguien crea en una
primera vez, porque hay muchos grupos tributo a Pink Floyd en el mundo, pero muchísimos, sin embargo la forma que
tenemos de enfocarlo hace que seamos diferentes, incluso hay gente a la que le
gustamos más que los propios Pink Floyd.
Por supuesto, no nos lo creemos, sabemos que eso no es así. Evidentemente, se
trata de ofrecer las cosas con un espíritu especial, con mucha pasión, y eso lo
conseguimos. Seguro que hay gente a la que le gusta una forma más académica de
interpretarlos. Es una cuestión de verlo de maneras diferentes. La pasión es
nuestra seña de identidad.
Revista
Achtung!:
Imagino que serás lector, ¿qué lecturas preferidas tienes? ¿Cómo se filtra eso
a tu música en The Sleeping Philosophers?
Álvaro Espinosa:
Inconscientemente, desde luego que se filtra. Al acabar el disco veo las letras
y me digo, claro, es que aquí estaba leyendo tal o cual libro. En este disco de
The Sleeping Philosophers se nota
mucho que estaba leyendo Sapiens: De animales a dioses: Una breve
historia de la humanidad (Debate)
del israelí Yuval Noha Harari. Y el libro
siguiente —se refiera a Homo Deus: Breve historia del mañana
(Debate)—, que es una especie de
reflexión que te hace obtener mucha perspectiva y reflexionar sobre el mundo y
sobre ti mismo. Y estas reflexiones se me han colado en las canciones. Lo veo
muy claro. Al final un disco, una canción, un libro o una conversación, son
todo lo mismo: comunicación.
Galería de Cronopios de Achtung:
1-Juan Laborda Barceló, escritor: