miércoles, 2 de marzo de 2011
Asfixia
En Bratislava, al atardecer, mientras cae la cellisca, los fantasmas de Kafka, Brod y Urzidil visitan la Plaza Mayor. En Viena, entrada la noche, junto al gasómetro, los fantasmas de Bernhard y Rilke vomitan sus palabras. En Budapest, al amanecer, Banffy y Maray se atragantan con palabras, me asfixian con su cháchara vertida en grandes volúmenes.
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