miércoles, 5 de mayo de 2010
Soy una serpiente de palabras
Soy una serpiente de palabras, me alimento de ellas, las mastico lentamente hasta convertirlas en una bola húmeda y repugnante que me trago con esfuerzo. Pronuncio palabras, puedo decir mucho, puedo decir poco, a veces no digo lo bastante y otras digo más de lo necesario, pero nunca supe articular a tiempo lo que debía, ni callar a tiempo lo que necesitaba permanecer en silencio. Cada palabra dicha es un dardo envenenado, cada palabra callada es un lacre en el corazón, cada frase escuchada es un puñetazo en el alma y una patada en el orgullo. Puedo escribir mucho, puedo escribir con sangre, con odio incluso, pero no conseguiré nunca nada, así.
Puedo escribir por ti, por mí, por todos nosotros, pero jamas recuperaré lo que tanto quise y nunca pronuncié; lo que tanto quise y nunca supe retener con que apenas una palabra -la adecuada- saliera de mis labios.
Puedo escribir mucho, puedo escribir poco, puedo escribir. Pero todas estas palabras no conseguirían dar ni una pequeñita llamarada fugaz de luz a mi corazón.
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