*Esta reseña apareció en Mi Nueva Edad:
Intérprete: Dire Straits
Título: Alchemy: Dire Straits Live
Discográfica: Vertigo/Warner Bros
Género: Rock
Duración: 1h; 33min; 59 seg
Número de canciones: 11 (2 CD)
Fecha de publicación: 1 de marzo de 1984
El disco en directo que lo cambió todo
Estamos ante un disco que marcó una época, el momento más dulce del grupo, con cuatro obras maestras a sus espaldas y pletóricos en sus actuaciones en directo. Me estoy refiriendo al inmortal Alchemy: Dire Straits Live, que significará un antes y un después en la historia de la banda y, por qué no decirlo, en la vida musical de muchos de nosotros. Por eso lo traemos hoy a Mi Nueva Edad como el disco recomendado para el mes de marzo.
La grabación en directo fue tomada de dos conciertos realizados en el londinense Hammersmith Odeon, llevados a cabo en las noches del 22 y 23 de julio de 1983. El grupo andaba metido en la gira de su último disco en estudio por entonces, el extraordinario Love Over Gold, que presentaba una mayor complejidad compositiva en sus canciones que, a diferencia de los álbumes anteriores, aparecían teñidas de una atmósfera peculiar, en donde mandaban los largos pasajes instrumentales.
Esta idea conceptual fue llevada a la práctica en el concierto que conforma el disco Alchemy. Así, se interpreta de forma exacta y emocionante, en sus casi 14 minutos, Telegraph Road, una suite del disco Love Over Gold que quizás sea la mayor proeza compositiva en la historia del grupo. Sin embargo, otros temas y grandes éxitos anteriores resultaban más cortos en sus versiones originales, por lo que se decidió ampliarlos para la ejecución en directo. De esa forma, los 5 minutos de Once Upon A Time On The West del álbum Communiqué, se convierten en una obertura del concierto extraordinaria que alcanza los 13 minutos.
Casi todos los temas del Alchemy siguen esta evolución; de esa forma cristalizan una interpretación mucho más que mágica o legendaria del tema Sultans Of Swing, que para siempre perseguirá a la banda en directo. La versión original, de 5 minutos, se convierte durante casi 11 minutos en un prodigio de virtuosismo de Mark Knopfler a la guitarra, incluido el punteo, uno de los más célebres de la historia del rock.
Todas las canciones son magníficas, como marcadas por una inspirada vitalidad eléctrica que convierten al disco en una experiencia inigualable. Tunnel Of Love, Private Investigations o Romeo And Juliet se metamorfosean en grandiosas composiciones. La banda, con un Mark Knopfler desatado como nunca, se complementa con el eterno John Illsley al bajo, Hal Lindes a la guitarra, Mel Collins al saxofón (toda una leyenda), Alan Clark a los teclados y el batería Terry Williams en un extraordinario ejercicio de percusión repleto de potencia y ritmo.
Los músicos encargados de poner en escena el nuevo concepto musical de la banda son más que sobresalientes, lo que se traduce en la solidez de una toma de sonido directo demoledor y, a la par, delicado. Esto es producto de los largos solos de guitarra, de los valles melódicos, y de los cambios de ritmos que presentan los arreglos de estas canciones en directo, elevando así los temas más clásicos del grupo a la categoría de leyendas.
Alchemy, junto con el siguiente álbum de estudio, el superventas Brothers In Arms, fueron los catalizadores para que el grupo experimentara un éxito masivo, también en los Estados Unidos. Aún eran capaces de hacer y firmar buenas canciones, pero después empezaron a languidecer. Por eso, Alchemy marca el momento decisivo en la historia de la banda, el instante brillante, repleto de energía e inspiración, que llevó a los de Mark Knopfler a ocupar un puesto en el olimpo musical y a nosotros nos hizo comprender que otro tipo de música, de gran calidad, podía ser vendida masivamente sin que por ello pudiera resentirse. Con Alchemy lograron ese milagro.